El presidente de Filipinas, Rodrigo Duterte, aseguró ayer que el presidente de EE UU, Donald Trump, ha dado el visto bueno a su "guerra contra las drogas", que en año y medio se ha cobrado unas 7.000 vidas. El visto bueno de Trump llegó "con asentimientos y lenguaje corporal", según un portavoz de Duterte. Los dos mandatarios se reunieron en Manila, en una cita bilateral en los márgenes de la cumbre de la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN) yque más tarde organizará reuniones bilaterales con Estados Unidos, China, Corea del Sur y Japón.

La reunión entre dos hombres conocidos por su carácter explosivo e imprevisible, había generado expectación, pues varias entidades reclamaron a Trump que recriminase al filipino las violaciones de derechos humanos. Según la Casa Blanca, en la cita se habló de derechos humanos. Manila lo negó en el acto.