El ministro británico de Asuntos Exteriores, Boris Johnson, admitió ayer que el Gobierno del Reino Unido "cumplirá con sus obligaciones legales" y saldará sus cuentas pendientes con Bruselas por el "Brexit". De esta forma, el jefe del Foreign Office reconoció por primera vez que su país deberá pagar una suma a la Unión Europea (UE) por su salida del bloque comunitario.

"Algunas de las sumas que he visto me han parecido muy elevadas pero, por supuesto, cumpliremos con nuestras obligaciones", declaró Johnson, asegurando que los británicos "se rigen por la ley" y que "sin duda" saldarán sus cuentas y cumplirán con sus obligaciones puesto que eso es "lo que se espera del Gobierno británico".

No obstante, Johnson, que el mes pasado declaró que no "reconocía" la cifra barajada por Bruselas como factura por el "Brexit" (entre 60.000 y 100.000 millones de euros), puntualizó que admitir que su país deberá afrontar una factura por su salida de la Unión no significa que esté aceptando "la interpretación de Barnier sobre cuáles son nuestras obligaciones", en referencia al responsable comunitario de las negociaciones sobre el "Brexit", Michel Barnier.

En cuanto a sus declaraciones del mes pasado, el jefe de la política exterior británica reiteró que sigue sin "reconocer" la cifra que estipula Bruselas. El conservador tampoco se pronunció sobre otras cuestiones clave como la posibilidad de alcanzar un acuerdo de transición con la UE tras la marcha del Reino Unido.

Los países del bloque comunitario, por su parte, tampoco están exentos de tensiones en el seno de la Unión. El presidente francés, Emmanuel Macron, acusó ayer al Gobierno polaco de ir contra los intereses europeos y dañar los valores de la UE. "Polonia no es el país que marca la dirección en la que va Europa. Todo lo contrario, Polonia va contra los intereses europeos", declaró el presidente galo tras reunirse con su homólogo búlgaro, Rumen Radev, en referencia a la posibilidad de que Polonia se oponga a la reforma de la directiva de trabajadores desplazados que él está impulsando.

Por otra parte, las declaraciones del embajador holandés saliente en Hungría, acusando al gobierno de ese país de "crear enemigos con la misma lógica que los terroristas islámicos", provocaron que las autoridades húngaras suspendieran de forma "indefinida" sus relaciones diplomáticas con Holanda.