El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, vuelve de vacaciones con una nueva estrategia para Afganistán y el sur de Asia, que expondrá en breve.

El secretario de Defensa estadounidense, Jim Mattis, confirmó ayer que la Administración Trump tomó ya una decisión sobre su futura estrategia en el país asiático, asediado aún por los talibanes tras casi 16 años de contienda, y aseguró estar satisfecho con el planteamiento. El presidente intentó librarse de la decisión sobre Afganistán al conceder en junio a Mattis autorización para aumentar en hasta 3.900 las tropas en el país, pero el jefe del Pentágono se negó a enviar más soldados a la zona -donde EE UU ya tiene 8.400 efectivos- si Trump no autorizaba una estrategia clara. Tras meses de debate, el presidente se enfrenta ahora a tres opciones: el citado aumento de tropas, una retirada total o una solución intermedia, que consistiría en permitir que contratistas privados de seguridad asuman parte de la carga que ahora recae sobre las fuerzas estadounidenses. Esta es una de las decisiones de su vuelta de su vacaciones, anticipo de un intenso septiembre en el que tendrá que abordar una ambiciosa reforma fiscal.