El vicepresidente de Estados Unidos, Mike Pence, dijo ayer en la ciudad colombiana de Cartagena que una "dictadura" es "totalmente inaceptable" en Venezuela, y que la Casa Blanca seguirá presionando al Gobierno de ese país para que se restaure la democracia. "Vamos a seguir tomando acciones hasta que el régimen de Maduro restaure la democracia, celebre elecciones y le dé libertad a los opositores políticos", aseguró Pence.

Tras una reunión con el presidente colombiano, Juan Manuel Santos, Pence rebajó el tono belicista exhibido estos días por el presidente estadounidense, Donald Trump, que afirmó que no "descartaba" una intervención militar en Venezuela.

Pense insistió en que su país tiene "muchas opciones" para Venezuela, pero matizó que Washington confía en "una solución pacífica" a la crisis que enfrenta el pueblo venezolano. Unas declaraciones que se produjeron después de que el presidente Santos pidiera a Pence que ni se contemplara la opción de una intervención militar en ese país.

No obstante, Pence calificó a Venezuela de "estado fallido" que amenaza "la seguridad y la prosperidad de todo el hemisferio" y aseguró que Washington seguirá "utilizando el poder económico y político para restaurar la democracia en Venezuela", augurando así nuevas sanciones.

El vicepresidente norteamericano concluyó de esta forma la primera escala de su visita a América Latina, que proseguirá en Argentina, Chile y Panamá, y en la que ya ha advertido que Estados Unidos "no se quedará de lado" frente a la situación enVenezuela.

Por su parte, el presidente venezolano, Nicolás Maduro, respondió ayer con un "Go home (Vete a casa)" a las advertencias sobre una acción militar estadounidense. Maduro profirió esta respuesta durante la "gran marcha antiimperialista" convocada por el chavismo contra las amenazas de Trump, que llegaron un día después de que Maduro insistiera en su deseo de tener relaciones de "respeto" con Estados Unidos.

Condena de Trump

En EE UU, Trump condenó al fin explícitamente a los supremacistas blancos, 48 horas después de que un joven ultraderechista atropellase a un grupo de izquierdistas en Charlottesville (Virginia), matando a una mujer.

"El racismo es el mal y aquellos que causan violencia en su nombre son criminales y matones, incluyendo el KKK, los neonazis, y los supremacistas blancos", dijo Trump tras haberle llovido las críticas por la ambigüedad de su primera condena.