El joven que el pasado sábado trató de entrar con un cuchillo en la Torre Eiffel al grito de "Alá es grande" fue liberado hoy pero internado en un hospital psiquiátrico, al tiempo que se abrió una investigación por posible acto terrorista, indicó a Efe la Fiscalía de París.

El experto psiquiátrico que le examinó concluyó que el presunto agresor, de 19 años, sufre problemas mentales, por lo que la justicia ordenó su internamiento en el mismo centro en el que estaba antes del incidente.

Originario de Mauritania, el joven estaba ingresado desde hace meses en el psiquiátrico de Beaumont-sur-Oise, a las afueras de París, por problemas psicológicos.

El pasado 27 de julio los médicos que le trataban prolongaron por medio año su internamiento en el centro.

Pero el joven aprovechó un permiso en familia para acudir a la Torre Eiffel, donde poco antes de la medianoche empujó a un agente de seguridad, sacó un cuchillo y trató de penetrar en el monumento al grito de "Alá es grande".

Una patrulla militar de la zona le ordenó que tirara el arma y lo hizo sin oponer resistencia.

La Fiscalía señaló que ha abierto una investigación por "intento de asesinato sobre una persona depositaria de autoridad pública en relación con una empresa terrorista", y por "asociación de malhechores con fines terroristas".

En ese contexto, el Ministerio Público señaló que se ha ordenado un nuevo examen psiquiátrico sobre el presunto agresor para confirmar las conclusiones preliminares.

Según los medios franceses, el sospechoso reconoció a la Policía en el interrogatorio que su plan era atentar contra un militar y que estaba en contacto con el grupo yihadista Estado Islámico (EI), lo que justifica la investigación abierta.

Su padre aseguró a la cadena BFM TV que su hijo no es un terrorista, pero que en los últimos meses había apoyado sus accesos de ira con palabras de inspiración yihadista.

Antes, señaló el progenitor, aseguraba que era un "hombre enmascarado" el que le impulsaba a actuar pero ahora "cada vez que monta en cólera (...) grita 'Alá es grande y habla de apología", relató.

Agregó que este fin de semana de permiso el joven se había enfadado por la familia porque no quisieron comprarle un teléfono inteligente.