Estados Unidos ha propuesto al Consejo de Seguridad de la ONU una resolución para ampliar las sanciones contra Corea del Norte y reducir hasta en 1.000 millones de dólares al año los ingresos que este país asiático obtiene con sus exportaciones, dijeron hoy fuentes diplomáticas.

El texto llega tras semanas de negociaciones entre EE.UU. y China y responde a los dos recientes ensayos con misiles balísticos intercontinentales llevados a cabo por el régimen de Pyongyang.

Según aseguró a Efe una fuente del Consejo de Seguridad, la intención es que la resolución sea votada este sábado, aunque a última hora de la tarde aún no se había convocado oficialmente la reunión.

De aprobarse, la resolución endurecería aún más las fuertes sanciones internacionales que ya pesan sobre Corea del Norte, introduciendo nuevos vetos a ciertas exportaciones y controles más estrictos, entre otras medidas.

El texto señala por ejemplo que Pyongyang no podrá vender al exterior directa o indirectamente carbón, hierro y plomo o pescados y mariscos; y que todos los países deberán garantizar que sus empresas y ciudadanos no adquieran estos productos.

El borrador también recoge que los Estados deben prohibir a sus nacionales iniciar nuevos negocios conjuntos con entidades o individuos de Corea del Norte y, con ciertas excepciones, expandir los ya existentes.

Además, amplía el número de personas y entidades bajo sanciones de la ONU, lo que acarrea la prohibición de viajes y la congelación de sus activos en el extranjero.

En concreto, añade a otros nueve individuos vinculados con el régimen y a cuatro entidades, incluida la compañía nacional de seguros, el principal banco de cambio de divisas y un grupo que envía a trabajadores norcoreanos a otros países.

"Urjo a todo el Consejo de Seguridad a apoyar la nueva resolución de sanciones a Corea del Norte", señaló el embajador británico ante la ONU, Matthew Rycroft, en un mensaje en Twitter.

Rycroft destacó que las sanciones costarían a Corea del Norte aproximadamente unos 1.000 millones de dólares en nuevas prohibiciones de ventas al exterior y controles más duros para algunas de las medidas ya en vigor.

La embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley, anunció el pasado 5 de julio que su país iba a presentar de forma inminente un proyecto de resolución para aumentar la presión sobre el régimen de Kim Jong-un tras sus últimas provocaciones.

EE.UU. inició entonces negociaciones con China, el principal apoyo de Corea del Norte en el Consejo de Seguridad, para tratar de lograr un acuerdo y trasladarlo luego al resto de miembros.

Las discusiones, envueltas en un gran secretismo, avanzaron con mucha lentitud, lo que dio tiempo a Pyongyang a probar un nuevo misil la semana pasada.

Desde el comienzo del proceso, Rusia se ha mostrado muy crítica y ha cuestionado la conveniencia de aumentar las sanciones.

Moscú, además, mantiene diferencias con Occidente sobre el análisis técnico de las últimas pruebas norcoreanas.

Mientras la mayor parte de la comunidad internacional considera que los proyectiles disparados son misiles balísticos intercontinentales, capaces por ejemplo de alcanzar Alaska, Moscú habla de cohetes de medio alcance, parecidos a otros probados con anterioridad.

Corea del Norte tiene prohibido por el Consejo de Seguridad llevar a cabo este tipo de ensayos en el marco de las sanciones contra su programa nuclear, que incluyen también importantes restricciones económicas y diplomáticas.