La Guardia Nacional Bolivariana (GNB), un cuerpo de policía militarizada del Gobierno de Nicolás Maduro, tomó ayer el salón elíptico del Palacio Federal Legislativo, sede del Parlamento venezolano, controlado por la oposición al chavismo desde que obtuvo la mayoría absoluta en las elecciones de 2015.

Los agentes de la GNB tomaron la sala de plenos como parte de los preparativos de seguridad ante la inminente instauración de la nueva Asamblea Nacional Constituyente (ANC), cuya toma del poder estaba prevista para ayer pero fue aplazada a hoy. Un aplazamiento que, según Maduro, se debe a que ayer todavía no se habían asignado los escaños de 35 diputados de este órgano.

El presidente del Parlamento, el opositor Julio Borges, consideró esta actuación policial como inútil y reafirmó la voluntad de los actuales diputados de seguir trabajando en la sede legislativa. "Seguiremos junto al pueblo, y con el apoyo de la comunidad internacional, sesionando en la sede de la Asamblea por la libertad de Venezuela", manifestó Borges a través deTwitter.

El Parlamento venezolano no reconoce a la ANC por considerarla fruto de un proceso fraudulento y antidemocrático que busca consolidar una dictadura.

Por su parte, la fiscal general de Venezuela, Luisa Ortega Díaz, abrió ayer una investigación sobre las elecciones a la Constituyente del pasado domingo, después de que la empresa Smartmatic, a cargo del recuento de votos, denunciara que los resultados de las elecciones habían sido manipulados e inflados por el oficialismo. "Es probable que ni siquiera hayan participado el 15 por ciento de los electores", aseveró la fiscal.

La oposición también aplazó a ayer sus marchas en Caracas como protesta contra la instauración de la Asamblea Constituyente.