Corea del Norte consideró hoy como un éxito el lanzamiento de prueba de un misil balístico intercontinental (ICBM) realizado horas antes, y aseguró que su objetivo era enviar una "severa advertencia" a Estados Unidos.

"La última prueba demostró la fiabilidad de nuestro misil intercontinental y nuestra capacidad para lanzarlo de manera sorpresiva desde cualquier lugar y en cualquier momento", explicó el régimen de Pyongyang en una nota de su agencia KCNA.

La nota explica que el objetivo de la prueba fue enviar una "severa advertencia" a Washington, y afirma que todo el territorio estadounidense está al alcance de este proyectil.

"La amenaza de guerra de Washington solo nos lleva a prepararnos más y a justificar nuestro desarrollo de armas nucleares", agrega el texto.

Añade que el lanzamiento del misil Hwasong-14 se realizó bajo la supervisión del líder norcoreano, Kim Jong-un, y que el proyectil voló 998 kilómetros durante unos 47 minutos y que alcanzó una altitud máxima de 3.724,9 kilómetros antes de caer en el Mar de Japón (llamado "Mar del Este" en las dos Coreas).

Este apogeo del misil sería mayor que el alcanzando por el ICBM que disparó el pasado 4 de julio, el primero que lanzó en su historia Corea del Norte y que alcanzó una altura máxima de 2.802 kilómetros.

El ejército norcoreano disparó este segundo misil a las 23.11 hora local norcoreana del viernes (14.41 GMT del viernes) desde las cercanías de la aldea de Mupyong, en la provincia de Chagang (fronteriza con China), según ha detallado el ejército norcoreano.

Tras su lanzamiento del 4 de julio Pyongyang aseguró que su proyectil es capaz de efectuar correctamente la reentrada en la atmósfera (algo indispensable para golpear con precisión un objetivo) y que tiene capacidad para equipar una cabeza nuclear, afirmaciones de las que dudan los expertos.

Por su parte, Corea del Sur y EE.UU. realizaron hoy un ensayo de misiles de balísticos en respuesta a la prueba norcoreana, la decimoprimera en lo que va de año.

Las continuas pruebas de armas de Pyongyang han elevado la tensión en la península coreana y endurecido la retórica de la Administración de Donald Trump, que ha insinuado la posibilidad de realizar ataques preventivos contra Corea del Norte. Este último lanzamiento parece echar por tierra además la oferta de diálogo planteada desde Seúl la semana pasada por el Gobierno del nuevo presidente Moon Jae-in.

Respuesta surcoreana y estadounidense

Por su parte, el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, ha pedido revisar el acuerdo bilateral con Estados Unidos que rige el programa de misiles balísticos surcoreano para mejorar la capacidad de los mismos en respuesta al último lanzamiento norcoreano.

Moon pidió a su asesor de seguridad, Chung Eui-young, que propusiera oficialmente a su homólogo estadounidense, H.R. McMaster, una revisión de las directivas para permitir que el peso de la carga útil de los misiles surcoreanos pueda duplicarse hasta una tonelada, detalló un secretario presidencial en rueda de prensa.

Según explicó el secretario en declaraciones recogidas por la agencia Yonhap, McMaster aceptó abrir las negociaciones para modificar el acuerdo. Conforme a la última revisión de las directivas aprobadas por los aliados en 2012, los misiles balísticos surcoreanos pueden tener un alcance máximo de 800 kilómetros y una carga útil con un peso máximo de 500 kilos. Incrementar la carga útil hasta una tonelada aumentaría el poder destructivo de estos proyectiles.