El presidente venezolano, Nicolás Maduro, exigió ayer a Mariano Rajoy que saque "sus narices de Venezuela" durante la primera intervención pública del mandatario chavista después de la masiva consulta opositora en contra del proceso constituyente que promueve. Maduro comparó el plebiscito del domingo con la anunciada por los secesionistas catalanes para el 1 de octubre: "Para Mariano Rajoy sí es legal una consulta paralela al Estado en Venezuela, pero no el referéndum que quiere el pueblo de Cataluña", denunció. Las declaraciones del líder chavista se produjeron el mismo día que la UE se manifestó sobre el resultado de la consulta opositora, instando a Maduro a "suspender" la Constituyente y advirtiendo que "todas las opciones", incluidas las sanciones, están sobre la mesa.

Sin embargo, y a pesar de los más de seis millones de personas que se pronunciaron el pasado domingo en contra de un cambio de la Carta Magna, Maduro aseguró que mantendrá la convocatoria de una Asamblea Nacional Constituyente. "Y que Europa diga lo que quiera decir", retó.

Por su parte, el presidente de EE UU, Donald Trump, amenazó con imponer "fuertes y prontas" sanciones económicas contra Venezuela si Maduro sigue adelante con sus planes. "Estados Unidos no se quedará quieto mientras Venezuela se desmorona", declaró Trump, que también planea sancionar a altos cargos del Gobierno de Venezuela y del chavismo por supuestas violaciones de los Derechos Humanos.

Maduro calificó de "brutal" la amenaza de Trump y ordenó una "revisión profunda" de las relaciones con Washington, según anunció el ministro de Exteriores de Venezuela, Samuel Moncada. El canciller venezolano también acusó a la "ruina moral de la oposición" de ser la causante de la supuesta "agresión abierta contra un país latinoamericano" que, en su opinión, está cometiendo Estados Unidos.