La espiral de tensión en Venezuela se disparó ayer tras un extraño incidente, calificado de "ataque terrorista armado" por el presidente Maduro, quien anunció la movilización del Ejército. Un inspector de la policía científica sobrevoló las sedes del Tribunal Supremo y del Ministerio del Interior en Caracas en un helicóptero de ese cuerpo de seguridad, al parecer robado, con un mensaje en el que reclamaba la libertad del país. El policía pidió la renuncia de Maduro en un vídeo difundido a través de su cuenta de Instagram.

El incidente marca un hito en la escalada de inestabilidad propiciada por los ya más de tres meses de protestas antigubernamentales que vive el país y que han causado, según las cifras oficiales, 76 muertos y, según otros cómputos, hasta 94. Además, Maduro ha lanzado la convocatoria de una Asamblea Constituyente para refundar el régimen con menos presencia partidista y está enfrentado a la fiscal general, Luisa Ortega, una chavista desmarcada a la que, ayer mismo, redujo las competencias.

El agente, identificado como Óscar Pérez y en paradero desconocido, fue fotografiado junto a otros uniformados a bordo del helicóptero con una pequeña pancarta en la que se leía "350 libertad", en alusión al artículo de la Constitución que llama a desconocer "cualquier régimen" que viole las garantías democráticas. Durante el sobrevuelo, según afirmaron vecinos de la zona, se oyeron algunas detonaciones.

Pérez, al que Caracas vincula a la CIA y a EE UU, aparece en el vídeo leyendo un texto a cara descubierta, acompañado de cuatro uniformados encapuchados. "Somos una coalición de funcionarios militares, policiales y civiles en busca del equilibrio y en contra de este gobierno transitorio criminal. No pertenecemos ni tenemos tendencia política partidista; somos nacionalistas, patriotas e institucionalistas", leyó.

El policía pidió la "renuncia inmediata" de Maduro y su gobierno, así como la convocatoria de elecciones generales. También anunció un "despliegue aéreo y terrestre" para "devolver el poder al pueblo democrático" y así "cumplir y hacer cumplir las leyes para restablecer el orden constitucional". Hasta anoche no se había producido ningún movimiento de estas características.

En declaraciones de réplica al incidente, Maduro aseguró que el policía lanzó varias granadas, aunque "una no explotó". El líder chavista no aludió a otros explosivos que, según algunas fuentes, habrían sido lanzados sobre la sede del Supremo. Maduro anunció el despliegue de "fuerzas especiales" para localizar el helicóptero y a sus tripulantes y aseguró que "las primeras informaciones" apuntan a que Pérez era "el piloto del exministro" Miguel Rodríguez Torres que días atrás se pronunció contra el Gobierno.

El presidente venezolano culpó al partido opositor Primero Justicia de tomar "un rumbo de violencia" y pidió un pronunciamiento sobre el incidente por parte de la coalición opositora Mesa de la Unidad Democrática.

El sobrevuelo se produjo horas después de que en el interior de la Asamblea Nacional estallara una pelea entre diputados opositores y policías, con el resultado de dos legisladoras heridas. En el exterior, manifestantes chavistas armados con cohetes atacaban la sede.

Ante esta sucesión de incidentes, Maduro lanzó duras advertencias: "Si Venezuela fuera sumida en el caos y la violencia y fuera destruida la revolución bolivariana, nosotros iríamos al combate, nosotros jamás nos rendiríamos, y lo que no se pudo con los votos lo haríamos con las armas". Estas palabras fueron denunciadas por la oposición como prueba de que el país "vive en una dictadura".