El Gobierno británico quiere que se apliquen en Gibraltar los acuerdos que se alcancen con la UE sobre los derechos de los ciudadanos comunitarios tras la salida del Reino Unido de la Unión. Así se desprende de dos referencias incluidas en la propuesta de 24 páginas que Londres hizo pública el lunes y que explicita los puntos de vista expuestos el viernes por la primera ministra, Theresa May, al Consejo Europeo.

El texto británico pretende que "los acuerdos recíprocos" que se alcancen en la materia "se aplicarán al conjunto de Reino Unido, que abarca Escocia, Gales, Irlanda del Norte y todas las partes de Inglaterra, y Gibraltar".

No solamente, la inclusión de Gibraltar como parte de la metrópoli es sorprendente -siempre se ha considerado un territorio de ultramar- sino que, además, la pretensión británica choca frontalmente con la "hoja de ruta" negociadora elaborada por la UE.

Estas directrices, que en apariencia habían sido aceptadas por May, dejan claro que los Veintisiete no abordarán la situación de Gibraltar durante las negociaciones de salida del Reino Unido y que cualquier pacto posterior sobre el estatus de la Roca estará condicionado al visto bueno de España.

El ministro de Asuntos Exteriores español, Alfonso Dastis, recordó ayer a las autoridades británicas el tenor de las directrices de la UE para la negociación del "Brexit".

"El Reino Unido puede decir o poner sobra la mesa su posición o lo que quiera, pero las orientaciones del Consejo Europeo dicen lo que dicen", argumentó Dastis, antes de precisar que el Gobierno interpretará esas orientaciones de modo que se protejan "los intereses de los españoles que trabajan en Gibraltar y el bienestar del Campo (de Gibraltar), del Peñón y de todos los ciudadanos".

Mientras, en el Reino Unido, los resultados de las elecciones del pasado día 8 siguen dejándose sentir. Tras haber perdido más de un tercio de sus escaños en esos comicios -con un mensaje independentista-, la ministra principal de Escocia, la nacionalista Nicola Sturgeon (SNP), oficializó ayer el aplazamiento de sus planes de promover un segundo referéndum de independencia. Lo hizo en un anunció en el Parlamento autónomo de Edimburgo en el que explicó que no legislará de manera "inmediata" en pro de una nueva consulta y aparcará el proyecto al menos hasta que estén claros los términos del "Brexit".

El SNP fue la formación más votada en Escocia en los comicios del día 8, aunque perdió 21 de sus 56 diputados tras una campaña en la que defendió volver a abrir las urnas entre el otoño de 2018 y la primavera de 2019.