La derecha conservadora francesa (Los Republicanos), que, con sus 113 de 577 escaños, es el principal partido de la oposición, está desde ayer al borde de la ruptura entre quienes abogan por enfrentarse al presidente Macron, y los partidarios de apoyarlo, que estarían en condiciones de formar grupo propio, ya que son al menos 15. Macron consiguió la mayoría absoluta en coalición con los centristas del MoDem, con 350 diputados.

La posibilidad de una ruptura fue anunciada por el diputado Thierry Solère, considerado el líder de los "constructivos". Solère aseguró que están dispuestos a apoyar las reformas liberales de Macron, entre ellas la laboral.

Entre tanto, Macron ha soltado parte del lastre que ha acumulado en su primer mes al frente de la República, con el apartamientos de los dos ministros que se han visto envueltos en casos de corrupción. Se trata de la ministra de Defensa, Sylvie Goulard (MoDem), salpicada por los empleos ficticios de su partido, y del responsable de Cohesión Territorial, Richard Ferrand, del partido presidencial (REM), que ha sido nombrado para dirigir el grupo parlamentario, tras recaer sobre él la acusación de que benefició a su mujer en una operación inmobiliaria cuando militaba en el PS.