El "número tres" de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes de EE UU, Steve Scalise, quedó ayer en estado crítico tras ser tiroteado por un detractor del presidente Trump que fue abatido por la Policía. En el ataque, cuyo objetivo era un grupo de una veintena de republicanos del Congreso que entrenaban para un partido benéfico de béisbol en Alexandria (Virginia), resultaron heridas otras cuatro personas más: dos asesores legislativos y dos policías.

Scalise, representante por Luisiana, recibió un disparo en la cadera y tuvo que ser intervenido quirúrgicamente de urgencia. El herido es el tercer republicano de mayor rango en la Cámara, tras el presidente de la misma, Paul Ryan, y el líder de la mayoría, Kevin McCarthy.

"El atacante ha muerto", anunció Trump en una breve comparecencia desde la Casa Blanca, de tono comedido y apenas cuatro minutos de duración. Trump llamó a la unidad política y alabó la labor de los policías encargados de la seguridad del Congreso, que hacen de guardaespaldas de los miembros de mayor rango.

"Podemos tener nuestras diferencias, pero en tiempos como estos nos viene bien recordar que todos los que sirven en nuestro Capitolio están ahí porque aman su país. Somos más fuertes cuando estamos unidos y cuando trabajamos juntos por el bien común", dijo el magnate.

El hecho de que Scalise, por su rango, contara con protección policial puede haber sido esencial para evitar que el agresor, James T. Hodgkinson, de 66 años, vehemente detractor de Trump en las redes sociales y voluntario del aspirante Bernie Sanders en las primarias demócratas de 2016, acabase con la vida de alguien. Hodgkinson irrumpió en el campo de béisbol armado con un rifle y una pistola.

En una declaración en el pleno del Senado, Sanders, senador por Vermont, confirmó que "aparentemente" el atacante fue perpetrado por un voluntario de su campaña y se declaró "asqueado" por un suceso que calificó de "despreciable". Testigos indicaron a la CNN que antes de comenzar el tiroteo, Hodgkinson preguntó en el centro deportivo escenario de los hechos si los que entrenaban eran republicanos.

La Policía Federal (FBI) ha sido encargada de dirigir la investigación del incidente, debido a que afectó a miembros del Congreso. No obstante, Tim Slater, el agente del FBI encargado del caso, indicó en una rueda de prensa ofrecida a las afueras de la zona del ataque que es "demasiado pronto" para asegurar con plena seguridad que el atacante tenía la intención de matar a miembros republicanos del Congreso.