La primera ministra británica, la conservadora Theresa May, nombró ayer a Damian Green, hasta ahora ministro de Trabajo, como primer secretario de Estado y ministro del Gabinete. Green, que será el "número dos" del Ejecutivo -un puesto que estaba vacante y al que no recurren todos los jefes de Gobierno del Reino Unido-, es uno de los miembros más proeuropeos del equipo de May. Su nombramiento se hace efectivo a una semana del inicio de las negociaciones con Bruselas para consumar el "Brexit" y cuando la "premier" es hostigada por su propio partido por adelantar tres años las elecciones y perder la mayoría absoluta.

Una mayoría absoluta (326 diputados) que sólo puede alcanzar con un pacto con los unionistas del DUP. El sábado se anunció un principio de acuerdo entre las dos fuerzas, pero la negociación sigue abierta. Los norirlandeses no se sentarán en el Ejecutivo y se alinearán con los "tories" en las votaciones clave sobre economía y seguridad, pero no habrá un gran pacto de coalición, adelantó el ministro de Defensa, Michael Fallon, uno de los cinco que May ya ha confirmado en sus puestos, junto con Philip Hammond (Economía), Boris Johnson (Exteriores), Amber Rudd (Interior) y David Davis ("Brexit").

El primer ministro de Irlanda, Enda Kenny, teme que el acuerdo con el DUP pueda poner en riesgo los acuerdos de paz para el Ulster de 1998 y la presencia de "una voz nacionalista" en la Cámara de los Comunes. En particular, a Kenny le preocupa el regreso a una frontera dura entre Irlanda y el Ulster. El Sinn Féin pronosticó que el pacto con el DUP "acabará en lágrimas".

El ministro de Exteriores de Irlanda, Charles Flanagan, dijo por su parte tras conversar con el ministro británico para Irlanda del Norte, James Brokenshire, que el pacto entre los conservadores y el DUP "no necesariamente" minará la paz en la región.

Por su parte, la designación de Green hace pensar a algunos analistas que May podría suavizar el "Brexit" duro que preconizaba, tal como le ha pedido la líder "tory" de Escocia, Ruth Davidson, que mejoró los resultados del partido en esa provincia. Green fue uno de los principales activos de la campaña por la permanencia en el referéndum de 2016, al igual que la propia May.