Richard Ferrand, secretario general de La República en Marcha (REM), el partido del presidente francés, Emmanuel Macron, ha sido acusado de beneficiar a su esposa en una operación inmobiliaria cuando era responsable de las mutuas de Bretaña. Ferrand, ministro de Cohesión Territorial, abre así la primera brecha en la fortaleza presidencial, justo después de una semana en la que Macron ha reforzado su estatura internacional con una serie de citas culminadas con la entrevista del lunes con el ruso Putin en el palacio de Versalles.

Además de Ferrand, la ministra de Asuntos Europeos, la centrista Marielle de Sarnez, también plantea desde ayer un problema a Macron, que ha hecho de la moralización de la vida pública una de sus prioridades. De Sarnez está incluida en una investigación a 19 eurodiputados franceses acusados de haber empleado ayudantes de forma irregular. Las investigaciones a la ministra, que dejó su escaño al ingresar en el Gobierno, vienen de una denuncia de la europarlamentaria Sophie Montel, del ultraderechista Frente Nacional, partido que está en la picota precisamente por esa causa desde diciembre pasado.

Para la titular de Asuntos Europeos, la denuncia del FN es un "cortafuegos" para tratar de desviar la atención sobre los escándalos que persiguen a la formación ultraderechista.

Desde finales de 2016, el FN es objeto de pesquisas ante la sospecha de que varios de sus eurodiputados contrataron con dinero de la Eurocámara a asistentes parlamentarios que, en realidad, trabajaban en la sede del partido en Nanterre, a las afueras de París.

El primer ministro, el conservador Édouard Philippe, respaldó ayer en una intervención televisiva la continuidad de Ferrand, al afirmar que aunque entiende perfectamente "la exasperación, la emoción y la irritación de los franceses" frente a los asuntos de corrupción, considera que Ferrand puede seguir en su Ejecutivo.

A las sospechas de haber beneficiado a su esposa, se sumaron ayer nuevas revelaciones del diario "Le Monde" sobre la presunta "mescolanza entre política y negocios" que el ministro, un desertor del Partido Socialista, viene haciendo desde hace 20 años.