Faro de Vigo

Faro de Vigo

Contenido exclusivo para suscriptores digitales

Philippe Claudel: "El programa del Frente Nacional es estúpido e inaplicable, desconectado de lo real y peligroso"

"Emmanuel Macron será un presidente por defecto, lo mismo que le ocurrió a Francois Hollande hace cinco años"

El escritor galo Philippe Claudel. // FdV

-¿Macron es algo así como un mal menor desde el punto de vista político?

-Sí lo pienso, será un presidente por defecto, como Hollande hace cinco años. Normalmente, el candidato de la derecha clásica habría ganado fácilmente esta elección presidencial, pero los escándalos relacionados con Fillon y el hecho de que este candidato no se retirara de la carrera electoral han permitido que la candidatura de Macron progresara. Va a ser elegido, pero no podemos decir que habrá sido elegido por los electores.

-¿Cuál es su valoración de los resultados de la primera vuelta electoral?

-Son una señal del hundimiento de los dos bloques tradicionales de la vida política francesa, el Partido Socialista y los Republicanos (ex-UMP). Confirman el poder del voto de la cólera, ya sea para el Front National como para Jean-Luc Mélenchon. En definitiva, dan una visibilidad muy importante a una nueva figura, Emmanuel Macron, que era totalmente desconocida hace unos años y que se presenta por primera vez en su vida ante los electores.

-Marie Le Pen es hoy finalista electoral, figura de la segunda fuerza política más votada. ¿Hay algo aprovechable en ese discurso?

-El Front National nunca ha aportado ni aportará nada positivo. Es un partido que utiliza la preocupación de un gran número de franceses frente a los cambios del mundo y las dificultades económicas. Su programa es estúpido e inaplicable, peligroso y desconectado de la realidad.

-¿Siente que su país, Francia, vive en una encrucijada?

-Francia está en un momento importante de su historia. Tengo la sensación de que no debemos sentirnos inquietos ni abatidos, sino al contrario, pienso que quizás tenemos la oportunidad de poder reflexionar sobre nuestro futuro y reconstruir lo que hemos dejado de lado desde hace años. No veo como algo malo el hecho de que los partidos tradicionales hayan explotado. De hecho, está muy bien. A partir de ahora, hay que reinventar otra manera de pensar y de vivir la política.

-¿Se imagina una Francia fuera de la Unión Europea?

-En absoluto. Sería estúpido y un desastre para nuestro país.

-¿Cómo valorar el mandato presidencial de Hollande?

-Hace falta perspectiva para hacer una evaluación seria, pero creo que podemos decir, sin equivocarnos mucho, que su balance es casi nulo. No tenía ningún proyecto para Francia. No paró de iniciar obras para luego pararlas, de contradecirse, de volver una y otra vez a sus promesas y compromisos.

-¿De qué forma los zarpazos terroristas están cambiando la percepción y los sentimientos de los franceses?

-El sentimiento de preocupación del que hablaba antes se ha incrementado. Los actos terroristas han permitido también al Front National relanzar sus teorías sobre los peligros que existen con los que vienen de fuera. Pero los franceses han entendido que la vida no debe paralizarse porque un puñado de desequilibrados traicione la religión que cree defender.

-¿Este modelo de Europa ya no sirve? ¿Fin de ciclo histórico?

-Está claro que vivimos en un periodo de recomposición de los equilibrios geopolíticos, de desgaste de ciertos modelos económicos e ideológicos. Lo que nos debería guiar en Europa es un espíritu federalista que nos permitiese hablar con una sola voz a nivel diplomático, por ejemplo, y monetario, pero consintiendo a cada país, incluso a cada región, afirmar sus especificidades culturales y sociales. En definitiva, más unión pero con más flexibilidad, para que puedan progresar los espíritus europeos y nacionales que no deberían ser competidores sino complementarios.

-Trump, el dictador norcoreano, el inclasificable Nicolás Maduro en Venezuela? Hace veinte años nos hubiera sido imposible pensar que pudieran hacerse con el poder (en el caso de EE UU a través de unas elecciones libres). ¿Hemos tocado fondo?

-En cierto modo, sí. Pero hay que recordar también que G. W. Bush ya fue un formidable cretino y que por su culpa, y solo por su culpa, hoy el Oriente Medio está inmerso en un caos. Donald Trump encarna otra forma de idiotez, sin duda igual de peligrosa. Pero al mismo tiempo, es un hombre de negocios. Le gusta tirarse un farol y pienso que también tendrá en cuenta las realidades económicas y políticas. Sin duda causará menos estragos de los que nos tememos. O eso espero.

-Veo las imágenes de los naufragios de las pateras de refugiados en el Mediterráneo y me pregunto si la realidad tan cruda nos hará blindarnos, insensibilizarnos, frente a tanto horror. ¿Lo percibe como peligro a nivel personal?

-He escrito mucho sobre esto en mis últimos libros: "Bajo el árbol de los Toraya" que acaba de salir en España, hay un capítulo que hace referencia a esto. Y también en mi último libro, "Inhumanos", que acaba de salir en Francia. Lo que me preocupa es esa insensibilidad de la que usted habla. El hombre se acostumbra al horror a partir del momento en que no le afecta personalmente. Pero acostumbrándonos a eso, no nos damos cuenta de que estamos abandonando esa capacidad de los seres humanos que nos permite escandalizarnos y comprender los sufrimientos de los demás, de sentirlos en nuestra propia piel, y por lo tanto de intentar evitarlos.

-¿Cada vez es más difícil escribir un final feliz?

-No lo sé. No me lo pregunto nunca. El final es siempre de todos modos feliz. Como decía un escritor francés que admiro mucho, Julien Gracq, "la muerte se ocupa de todo". Lo que es cierto y falso a la vez.

Compartir el artículo

stats