El Partido Conservador de la primera ministra británica, Theresa May, fue ayer el gran triunfador de las elecciones locales parciales celebradas en 88 municipios de Inglaterra, Gales y Escocia, que sirven de termómetro para los comicios generales del 8 de junio, en los que los "tories" parten como grandes favoritos.

Con el escrutinio aún sin finalizar, los conservadores se habían hecho con el 38% de los votos, lo que les ha permitido incrementar en 453 su cuenta de concejales, hasta 1.582, mientras que los laboristas, con un 27% del voto, han perdido al menos 257, hasta quedarse en 892. Los liberal-demócratas fueron votados por un 18% y el euroescéptico UKIP se vio reducido a un 5%.

Las principales ganancias del Partido Conservador se produjeron en Inglaterra y Gales. En este último territorio, donde el laborismo suele ser la fuerza dominante, los de Jeremy Corbyn sufrieron importantes derrotas, aunque también fue significativa la pérdida de Glasgow, en Escocia, otro de sus bastiones. El Partido Nacional Escocés (SNP), que dirige el gobierno autónomo, volvió a ser el más votado en el antiguo reino, pero los conservadores lograron abrirse paso a costa, sobre todo, de los laboristas, lo que evidencia que los "tories" son cada vez más la opción de los electores no independentistas.

El descalabro electoral del UKIP, con 136 concejalías perdidas, fue achacado por su líder, Paul Nuttall, al "éxito" que tuvo su formación al conseguir el año pasado el "Brexit" que defendía desde hace años.

En mitad de su marasmo, los laboristas se apuntan al menos dos buenos tantos, ambos en Inglaterra: la recién creada alcaldía del área metropolitana de Manchester (norte) y la alcaldía de Liverpool (noroeste).