La Cámara de Representantes de EE UU aprobó ayer por estrecho margen -217 votos a favor y 213 en contra- la ley que sustituirá a la reforma sanitaria del expresidente Obama, en una simbólica victoria para el actual inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump. La ley queda ahora en manos del Senado, donde tendrá serios problemas para salir adelante, ya que los republicanos sólo tienen 52 de los cien senadores y necesitarán 60.

La aprobación de la ley en la cámara compensa el revés del pasado marzo, cuando el proyecto hubo de ser retirado ante la negativa de los legisladores del ultraconservador Caucus de la Libertad a darle su visto bueno. Los refractarios consideraban que el nuevo proyecto mantenía en pie demasiadas características del viejo. El nuevo plan elimina las penalizaciones por no tener seguro médico y reduce las ayudas públicas para contratarlo a cambio de ofrecer créditos fiscales de 2.000 a 4.000 dólares al año por persona.