El presidente estadounidense, Donald Trump, no quiso descartar ayer la posibilidad de un conflicto armado con Corea del Norte. "No lo sé, ya veremos", fue su respuesta. Y para añadir incertidumbre, el magnate agregó: "Es un juego de ajedrez. No quiero que la gente sepa lo que estoy pensando".

Eso sí, pese a dejar abierta la puerta a una acción militar contra el régimen norcoreano, después de semanas de ensayos con misiles de Pyongyang y con la tensión en su punto más alto en décadas, insistió en que prefiere una solución diplomática en la que China tiene un papel clave.

"Si (el líder norcoreano Kim Jong-un) prepara una prueba nuclear, no estaré feliz. Y no creo que (el presidente chino) Xi (Jinping), que es un hombre muy respetado, esté feliz tampoco", afirmó Trump en una entrevista en el programa "Face the Nation" de la cadena CBS.

Pyongyang realizó el sábado una nueva prueba balística, pero al parecer el proyectil explotó minutos después de su lanzamiento, según fuentes militares surcoreanas y norteamericanas.

En la entrevista, Trump reconoció la capacidad del líder norcoreano, que tiene 33 años y, siendo "muy joven, fue capaz de asumir el poder", en diciembre de 2011, y "mucha gente, estoy seguro, trató de quitarle el poder". Pero "fue capaz de mantenerlo. Así que obviamente es un tipo resistente y espabilado", le elogió.

Y a continuación alabó a China, que apadrina al régimen de los Kim y es uno de los pocos interlocutores a los que Pyongyang presta atención. Trump repitió que habló sobre la cuestión con el presidente chino durante su encuentro en Florida, a comienzos de mes, y reconoció que ha depositado en Pekín buena parte de sus esperanzas de resolver el expediente norcoreano.

"La relación que tengo con China ya ha sido alabada como algo muy especial, algo muy diferente a lo que habíamos tenido. Pero, claro, veremos si el presidente Xi es capaz de lograr un cambio (sobre Corea del Norte)", añadió.