Siria lleva más de seis años inmersa en una guerra que se ha llevado a miles de personas. Un conflicto que nació con la intención de derrocar al presidente Bashar al Asad de manera pacífica y que ha ido tomando tintes de otra época. Tras estallar lo que aparentemente era una guerra civil entre los partidarios de al Asad y sus opositores, al conflicto bélico se han ido sumando actores internacionales que han apoyado a los diferentes bandos a su maneras. El bombardeo por parte de EEUU durante esta madrugada como respuesta al ataque químico por parte del Gobierno sirio es un nuevo capítulo en un conflicto que no parece tener solución.

Los números de la guerra

La complejidad para darle salida a este problema es el único aspecto que parece estar claro dentro de un sinfín de nubarrones. Los datos hablan por si solos, la última cifra oficial de la ONU sobre las victimas mortales datan de 2014, cuando se registraron 250.000. Tras las complicaciones de acceder a ciertas áreas del país, se dejó de contar. En una nueva estimación realizada este año se han contabilizado unas 400.000 muertes. Sin embargo, otras organizaciones incrementan dicha cifra. Todo un baile de datos.

Además, alrededor de cinco millones de sirios, la mayoría mujeres y niños, han abandonado el país en uno de los mayores éxodos de la historia reciente. Los países vecinos se enfrentan tratando de albergar el elevado número de refugiado mientras que Europa no sabe qué hacer.

El inicio de la guerra

Tras las revueltas iniciadas en marzo de 2011 contra el gobierno, la represión de al Asad se incrementó. Los partidarios de realizar una fuerte oposición comenzaron a armarse con la intención de defenderse de las agresiones del gobierno para, más tarde, expulsar a las fuerzas del Estado de sus regiones.

El conflicto comenzó a tomar tintes bélicos por todo el país. Las brigadas opositoras avanzaron posiciones y se hicieron con el control de ciudades y poblados. En tan solo un año, los enfrentamientos llegaron a la capital del país, Damasco, y a la segunda ciudad más importante de Siria, la bella Alepo.

¿Quién combate contra quién?

La guerra ha ido destapando batallas internas entre diferentes sectores. En el bando opositor se pueden encontrar a los opositores moderados, grupos islamistas y yihadistas, como el Estado Islámico o el grupo próximo a al Qaeda Frente al Nusra. También luchan las milicias kurdas. Entre las facciones opositoras también existen diferencias, lo que complica aún más un conflicto ya de por si complejo.

Por su parte, las fuerzas internacionales han apoyado a un bando u otro según sus propios intereses. Rusia se posicionó a favor de al Asad mientras que EEUU se mostró a favor de los opositores. Sin embargo, el ascenso del EI frenó la ayuda a estos grupos. En cuanto a las regiones próximas a Siria, Irán, de la rama chiita al igual que al Asad, es aliado del gobierno.

Arabia Saudí apoya a los rebeldes por su enemistad con Irán, incluido a los grupos radicales. Turquía es otro de los actores protagonistas. Gran aliado de los rebeldes, ha tratado de que EEUU frenara las ayudas a los kurdos, enemigos del gobierno de Erdogan. Qatar y Jordania también se han mostrado a favor de las fuerzas rebeldes. Una guerra de intereses que se juega en un terreno de juego llamado Siria.