El consejero de Seguridad Nacional de EE UU, el teniente general Herbert McMaster, impuso sus puntos de vista y forzó la salida del estratega jefe de la Casa Blanca, el polémico agitador ultra Steve Bannon, del Consejo de Seguridad Nacional (CSN), organismo que coordina las actividades de las secretarías de Defensa y Estado, entre sí y con las agencias de Inteligencia. El 20 de febrero, McMaster sucedió como consejero al general Michael Flynn, quien había dimitido una semana antes tras revelarse que a finales de diciembre se había reunido con el embajador ruso en EE UU y lo había ocultado, entre otros, al vicepresidente del país, Mike Pence.

El nombramiento de Bannon, en febrero, como miembro permanente del CSN causó revuelo, por carecer de precedentes la inclusión de un asesor político sin experiencia diplomática ni militar reciente en ese consejo. Bannon abandonó la Marina con el empleo de capitán en los años 80. Además, en el organigrama del CSN diseñado por Flynn se había prescindido de las habituales presencias del jefe del Estado Mayor Conjunto y del director de la Comunidad de Inteligencia (CI), el organismo que agrupa a las 16 agencias de inteligencia de EE UU.

Precisamente, la remodelación anunciada ayer reincorpora al CSN a estos dos cargos, que desempeñan el general Joseph Dunford (Estado Mayor) y Dan Coats (CI). Todos estos movimientos refuerzan la posición de McMaster, quien, además, arrebata al consejero de Seguridad Interior, Tom Bossert, la presidencia de ese Consejo, encargado de proteger las fronteras y la defensa antiterrorista.