El resultado de las elecciones en Holanda han dado un respiro a Europa, que ve con alivio como se aleja la amenza del 'Nexit', la salida del país de la UE que defendía el líder de la ultraderecha, Geert Wilders. La derrota de este último permite mandar un mensaje positivo al resto de Europa, temerosa por las posibles influencias del "Brexit" del Reino Unido y la victoria en Estados Unidos de Donald Trump.

El liberal Mark Rutte ganó las elecciones holandesas con 33 escaños y se perfila de nuevo como primer ministro al frente de una posible coalición con democristianos y progresistas. Mientras, la formación ultra de Wilders ha quedado finalmente lejos de lo que auguraban las encuestas, con 20 diputados en el Parlamento.

Wilders quedó en segunda posición en estos comicios y logró cinco escaños más que en 2012, pero no los suficientes como para acercarse al liderazgo de Rutte.

Los grandes derrotados fueron los socialdemócratas del PvdA, que gobernaron la pasada legislatura en coalición con el VVD y que han perdido 29 escaños, hasta quedarse con tan solo nueve.

Sobre su futuro en el Ejecutivo, Rutte so quiso "anticiparse" a la formación de Gobierno en Holanda y señaló que en ocasiones liderar el partido mayoritario "no garantiza" el puesto de primer ministro.

Es muy poco probable que alguno de los partidos quiera negociar con el PVV la formación de una coalición gubernamental, ya que lo consideran "un xenófobo", en palabras de la mayoría de los líderes holandeses.

El primer ministro ya advirtió hoy de que las negociaciones para una futura coalición serán "un poco complejas" y reconoció que pueden llevar "semanas en una mesa de diálogo" con sus rivales.

Según varios expertos, las negociaciones para la formación de Gobierno en Holanda llevarán al próximo Ejecutivo a dar un giro a la derecha, ya que muy probablemente Rutte buscará el apoyo de al menos dos partidos cristianos y de los liberales progresistas, excluyendo a la izquierda.

Holanda evita la victoria de la ultraderecha de Wilders

Holanda evita la victoria de la ultraderecha de Wilders

Para poder formar Gobierno, el Parlamento designará en los próximos días a un informador, una figura política que en el pasado era nombrada por la Reina Beatriz pero que a partir de 2012 recibe el mandato del Parlamento.

"El informador será, con un 99'9% de probabilidades, un miembro del partido liberal VVD", asegura a Efe el profesor de Historia Moderna de Holanda de la Universidad de Utrecht, James Kennedy.

Esta figura tendrá como labor iniciar una ronda de contactos con los cabezas de lista de los partidos para sondear si existe una mayoría suficiente para formar un Ejecutivo estable.

Una vez el informador explore las diferentes posibilidades, designará a un formador, la persona que se encargará de formar el Gobierno de coalición y que muy probablemente será el líder de los liberales de derecha, Mark Rutte, cuyo partido (VVD) fue el más votado en las elecciones celebradas ayer.

No obstante, el líder del VVD tendrá que desplegar sus dotes negociadoras para conseguir su tercer mandato al frente del Ejecutivo. Su partido tiene 33 escaños y la mayoría absoluta está en 76, por lo que deberá pactar, al menos, con otros tres partidos.

Las negociaciones para formar Gobierno pueden durar varias semanas o incluso meses. Tras los anteriores comicios, socialdemócratas y liberales de derecha necesitaron 54 días para llegar a un acuerdo. No obstante, la amplia fragmentación del actual Parlamento puede llevar a que, en esta ocasión, se necesite más tiempo.

Durante la campaña electoral, Rutte señaló que los dos partidos más cercanos a su programa electoral eran los democristianos del CDA y a los liberales progresistas de D66, formaciones que han conseguido 19 escaños cada una.

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La noche electoral en Holanda

La noche electoral en Holanda, en imágenes.

Los politólogos consultados dan por hecho que Rutte se acercará a ellos en primer lugar. La suma total de los tres llegaría a los 71 escaños, así que necesitaría al menos cinco más para conseguir los 76 que otorgan la mayoría absoluta.

"Lo más probable es que Rutte le pida el apoyo a la Unión Cristiana (CU) y deje fuera a toda la izquierda", asegura el profesor de Ciencia Política de la Universidad Libre de Amsterdam, Paul Pennings.

Esta formación política, protestante y de un corte más social que el CDA, consiguió cinco asientos en el Parlamento, por lo que Rutte conseguiría con su apoyo los ansiados 76 escaños.

El problema que tendría el líder del VVD en ese caso sería la debilidad del Ejecutivo. "Podría ocurrir que un diputado abandonara y el Gobierno ya no tuviera mayoría", indica Pennings.

Para evitar esto, Rutte podría intentar llegar a pactos con otro partido cristiano, los calvinistas del SGP, que obtuvieron tres diputados, asegura Pennings.

Si esa fuera la coalición formada, el profesor de la Universidad de Utrecht James Kennedy ve poco probable que Groenlinks (Verdes de Izquierda), que ha dado la sorpresa al obtener 14 escaños, vaya a entrar en el Gobierno. "No creo que estos partidos quieran tener algo que ver con ellos", explica a Efe, aunque puntualiza que tampoco lo descarta al 100%.

Las elecciones celebradas ayer han sido un espaldarazo para Rutte ya que, a pesar de que su partido ha perdido 8 escaños respecto a los últimos comicios, consiguió mejorar el resultado que le pronosticaban las encuestas.

Su éxito se debió, según el profesor de Ciencias Políticas de la Universidad Libre de Amsterdam, Patrick Overeem, a dos aciertos durante la campaña electoral.

Por un lado, "dejó claro que no iba a formar una coalición con Geert Wilders, por lo que mucha gente entendió que si votaba al PVV sería un voto perdido". El líder ultraderechista quedó segundo, pero obtuvo menos escaños de los que le pronosticaban las encuestas.

Por otro lado, Overeem señala la posición que tomó Rutte en la reciente crisis diplomática entre Amsterdam y Ankara. "Fue fuerte, claro y dio respuesta a los retos de Turquía. Mucha gente pudo decir entonces que no necesitaban a alguien como Wilders", indica.