El escándalo por las supuestas conexiones del entorno de Donald Trump con el Kremlin salpicó ayer al yerno del presidente de EE UU, Jared Kushner, asimismo su asesor, al desvelarse que en diciembre se reunió con el embajador ruso en Washington, Serguei Kislyak. Por esa misma razón, el miércoles, el fiscal general (ministro de Justicia), Jeff Sessions, tuvo que comprometerse públicamente a no tomar parte en las investigaciones abiertas en su departamento para indagar la injerencia de Moscú en las presidenciales de noviembre. Todo ello después de que semanas atrás tuviera que dimitir por idénticos motivos el consejero de Seguridad Nacional, Michael Flynn.

Para contrarrestar el peso de las nuevas revelaciones, Trump contraatacó con un tuit en el que aboga por la "inmediata" apertura de una investigación sobre los lazos del líder de la minoría demócrata en el Senado, Chuck Schumer, con Rusia y su presidente, Vladimir Putin.

En su mensaje, Trump adjuntó una fotografía en la que aparecen juntos Putin y Schumer, a quien tildó de "hipócrita total". La foto en cuestión, de la agencia estadounidense Associated Press, fue tomada en septiembre de 2003 en Nueva York, en la inauguración de la primera gasolinera en esa ciudad de la compañía rusa Lukoil.

El senador respondió al presidente, también vía Twitter y casi de inmediato: no tiene ningún problema en hablar de ese contacto que tuvo "con Putin y sus asociados" en 2003 y que ocurrió "a la vista de prensa y público". Y retó al magnate y a su equipo a hacer "lo mismo" sobre sus encuentros y conexiones con funcionarios rusos.

La reacción de Trump llega cuando aún no se han apagado los ecos de las revelaciones sobre Sessions, que, siendo senador y asesor de la campaña electoral del magnate, se reunió por dos veces con Kislyak, en el punto más álgido del escándalo por la supuesta injerencia de Moscú.

Durante su proceso de confirmación en el Senado como nuevo fiscal general, y al preguntársele qué sabía de esa intromisión del Kremlin, Sessions ocultó sus encuentros con Kislyak al considerar -alega ahora- que los celebró como senador, no como asesor de Trump. Ante las críticas, Sessions prometió inhibirse en la investigación de su departamento sobre la injerencia rusa.

Tanto Trump como el Kremlin coincidieron en atribuir a una "caza de brujas" contra el Gobierno del magnate las críticas a Sessions, pero en las últimas horas también el vicepresidente, Mike Pence, se ha visto vapuleado por los medios, al saberse que usó su cuenta personal de correo electrónico para asuntos de seguridad nacional cuando era gobernador de Indiana.

Durante la campaña electoral, Pence se mostró muy crítico con la entonces candidata demócrata a la Casa Blanca, Hillary Clinton, por el uso que hizo de su cuenta de correo personal mientras era secretaria de Estado entre 2009 y 2013 al compartir información clasificada.

Por otro lado, la canciller alemana, Angela Merkel, visitará al presidente de EE UU en la Casa Blanca el próximo día 14, confirmó un funcionario estadounidense bajo anonimato.