El presidente ruso, Vladimir Putin, lanzó ayer un nuevo órdago a Occidente, al aprobar un decreto en el que reconoce los documentos de identidad de los habitantes de las zonas bajo control separatista en el este de Ucrania.

Según el decreto presidencial emitido por el Kremlin, la medida beneficiará a aquellos "ciudadanos de Ucrania y personas sin ciudadanía que residan permanentemente en ciertas zonas (prorrusas) de las regiones ucranianas de Donetsk y Lugansk". La nota precisa que la medida es "provisional" y estará en vigor "hasta el arreglo político de la situación" en el este de Ucrania "sobre la base de los Acuerdos de Minsk", de febrero de 2015.

Con todo, el decreto reconoce, de hecho, como válidos "los documentos emitidos por los organismos competentes en el territorio de las áreas mencionadas", es decir, por las autoproclamadas repúblicas populares de Donetsk y Lugansk, que no son reconocidas ni por el Gobierno de Kiev ni por la comunidad internacional.

Putin firmó el decreto después de que ayer, en la Conferencia de Seguridad de Múnich, sonaran voces críticas contra Rusia por su apoyo a los separatistas.