El socialdemócrata Frank-Walter Steinmeier es desde ayer el nuevo presidente del país tras obtener el respaldo de la mayoría absoluta de la Asamblea Federal. Exministro de Asuntos Exteriores y candidato de la gran coalición de gobierno en Alemania, Steinmeier pidió a la cámara "valor" para defender la democracia en tiempos difíciles.

Ante las dificultades de encontrar un nombre de consenso en las filas conservadoras, la canciller Angela Merkel aceptó que Steinmeier, propuesto por el Partido Socialdemócrata (SPD), fuera candidato único de la gran coalición para un cargo de carácter eminentemente representativo.

Steinmeier consiguió el apoyo en primera votación de 931 de los 1.253 delegados presentes en la Asamblea, órgano que se reúne cada cinco años para designar al jefe del Estado y que está formado por los diputados del Bundestag (cámara baja) e igual número de representantes de los estados federados.

La elección del socialdemócrata se daba por segura, ya que las fuerzas de la gran coalición -la Unión Cristianodemócrata (CDU) que lidera Merkel; su ala bávara, la Unión Socialcristiana (CSU), y el Partido Socialdemócrata (SPD)- sumaban 924 votos, y contaba además con el apoyo de verdes y liberales. La única sorpresa fue el número de abstenciones, 103, una cifra elevada en la que, según diversos analistas políticos, citados por Efe, se incluyeron miembros de las filas conservadoras que se resistieron a votar por un socialdemócrata y también varios delegados de Los Verdes.

En un momento de incertidumbres y riesgos dentro y fuera del país, Frank-Walter Steinmeier destacó en su discurso de aceptación del cargo que Alemania se ha convertido para muchos en un "ancla de esperanza" y pidió a la clase política valor para preservar " libertad y democracia en una Europa unida".

El socialdemócrata sustituirá a Joachim Gauck, antiguo pastor protestantes y disidente de la Alemania comunista, que ejerció como jefe del Estado durante los últimos cinco años. Steinmeier asumirá la presidencia del país el próximo 18 de marzo y suspenderá su militancia en el SPD como muestra de independencia y neutralidad, siguiendo una tradición instaurada por sus antecesores en el cargo.