El presidente estadounidense, Donald Trump, restó ayer importancia a las estimaciones que apuntan al alto coste que tendrá el muro prometido en la frontera con México y garantiza que las cifras bajarán en cuanto él se involucre personalmente en su proyecto estrella.

"He leído que el gran muro fronterizo costará más de lo que pensaba el Gobierno, pero no me he implicado aún en el diseño ni en las negociaciones. Cuando lo haga, como ha pasado con el caza F-35 o con el programa del 'Air Force One', el precio bajará bastante", manifestaba ayer el presidente estadounidense a través de su cuenta personal en Twitter. Días atrás, se conocieron los detalles de un informe del Departamento de Seguridad Interior que estima en 21.600 millones el coste del muro, mientras que hasta ahora se manejaba una cifra de unos 12.000 millones. A finales de enero, Trump informó de que había rebajado en unos 600 millones el coste del contrato del F-35 con Lockheed Martin, una cifra cuestionada por expertos en el sector de la defensa.

Después del varapalo judicial a su política de veto islámico, Trump insistía ayer, por el canal habitual de las redes sociales, en descalificar la decisión de los jueces. En un mensaje en Twitter, el presidente defendió de nuevo su orden ejecutiva que veta la entrada de ciudadanos de siete países de mayoría musulmana. "¡Nuestro sistema legal está roto! El 77 por ciento de los refugiados que han entrado en Estados Unidos desde la orden de restricción de viajes proceden de los siete países sospechosos. Muy peligroso", apuntaba en una nueva crítica a la resolución que bloquea la controvertida medida.

Las autoridades migratorias estadounidenses arrestaron en los últimos cinco días a cientos de inmigrantes sin papeles, con o sin antecedentes penales, durante una macrooperación que se desarrolló en seis estados. Es la primera acción policial de envergadura contra los indocumentados desde la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca.

La operación se desarrolló en Atlanta, Chicago, Nueva York, California y las dos Carolinas. "Estamos ante la primera ola de ataques de la Administración Trump y estamos seguros de que este no va a ser el único", alertan las organizaciones que defienden los derechos de los inmigrantes.