La fractura del socialismo francés se materializó este martes con el anuncio de una veintena de parlamentarios fieles al presidente, François Hollande, de que no apoyarán la campaña del nuevo líder, Benoît Hamon, que supone un giro izquierdista a su juicio incompatible con la tradición del partido.

Los firmantes, que esperan movilizar a varias decenas más de miembros del grupo de los "reformadores", reivindicaron su derecho a retirarse de la campaña de Hamon para las presidenciales porque "no se dan las condiciones", mientras se amplifica el goteo de deserciones de la formación hacia el candidato Emmanuel Macron, que cuenta con apoyos incluso en el Gobierno.

El acto de rebeldía llegó en forma de artículo publicado en 'Le Monde', donde los diputados Christophe Caresche y Gilles Savary escribieron que el triunfo de Hamon en las primarias (un 58,7 % de los votos en la segunda vuelta del domingo, frente al 41,3 % de Manuel Valls) fue "claro", "legítimo" e "incontestable".

Pero también que la intención del nuevo líder de aproximarse al líder de la izquierda radical, Jean-Luc Mélenchon, "no es tranquilizadora", y que su programa -"basado en una lógica de asistencia generalizada y de depreciación del valor trabajo"- amenaza con condenarles a "una larga oposición".

En paralelo a la reunión de una cincuentena de miembros de ese grupo de los "reformadores" para concertar su posición, insistieron en que se sienten "orgullosos" de haber respaldado la acción de Hollande, "la única mayoría gubernamental de Europa que ha rechazado la austeridad al tiempo que contenía las desigualdades pese a un contexto terrible".

Una forma de marcar distancias con Hamon, que ha basado buena parte de su ascenso político en las críticas al jefe del Estado.

Con su gesto los "reformadores" han lanzado una advertencia al candidato socialista para que integre su sensibilidad centrista, pero no es una amenaza de escisión, como se esforzó en precisar el mismo Caresche, en declaraciones a la emisora 'France Info'.

"Soy socialista y no tengo intención de abandonar el partido" pero "tengo que poder defender mis convicciones", precisó el diputado, que a la pregunta de si podría acabar apoyando a Macron, señaló que esa es una cuestión que no plantea su plataforma y que los socialistas que se han ido al campo del que hasta agosto fue ministro de Economía de Hollande lo han hecho de forma individual.

Lo cierto es que 'En Marcha', el movimiento de esta estrella ascendente de las presidenciales francesas (las últimas encuestas le atribuyen un 21 % en intenciones de voto, pisándole los talones a François Fillon, con un 22 %) dice que desde la victoria de Hamon en las primarias socialistas el domingo ha recibido cerca de 5.000 nuevas adhesiones.

Y que en total son ya 160.000 los que se han afiliado, es decir cuatro veces más de los que pagan cotización al Partido Socialista.

Hamon debe ser investido por el PS el próximo domingo en una convención en la que no se espera a Manuel Valls, rival hasta el domingo, y que desde entonces ha preferido salir del mapa después de reconocer su derrota y de reafirmar que cumplirá el compromiso que hicieron todos los participantes de apoyar al ganador.

De aquí a entonces, el nuevo candidato tiene que actuar en varios frentes, y uno de los principales es con el Ejecutivo al que tanto se opuso desde que Hollande le depuso en agosto de 2014 como titular de Educacion junto a otros dos ministros entonces rebeldes.

El lunes empezó con el primer ministro, Bernard Cazeneuve -sucesor de Valls-, que le dijo que la izquierda no ganará en las presidenciales si no asume lo realizado durante el quinquenio de Hollande.

Horas después, los dirigentes del partido, preocupados por una deserción masiva de sus tropas, adoptaron por unanimidad un llamamiento a la unidad en torno al nuevo candidato.

Hollande, que después de haber renunciado a comienzos de diciembre a participar en las primarias dada su situación de debilidad en su propio campo por su impopularidad histórica, permaneció voluntariamente al margen de las dos vueltas y no votó en ninguna de las dos.

Desde el lunes, el jefe del Estado ha mantenido contactos con pesos pesados del partido y del Gobierno antes de recibir el jueves por la mañana a Hamon.