El histórico dirigente socialista y expresidente luso Mário Soares falleció este sábado a los 92 años de edad en el Hospital Cruz Roja de Lisboa, donde permanecía ingresado desde el 13 de diciembre, informaron fuentes del hospital.

El exmandatario fue hospitalizado el día 13 en situación crítica y se mantuvo inconsciente durante tres días aunque, tras experimentar una mejoría, abandonó los cuidados intensivos el 23 de diciembre.

El día de Nochebuena su estado de salud empeoró de forma súbita y fue trasladado de nuevo a la UCI, para dos días después caer en "coma profundo".

Mário Soares, presidente de Portugal entre 1986 y 1996, está considerado como una de las figuras políticas portuguesas más importantes de los últimos años por su decisiva participación en la transición a la democracia cuando la Revolución de los Claveles puso fin a la dictadura portuguesa (1926-1974).

Fundador del Partido Socialista (PS), hasta hace muy poco se mantuvo activo a través de la Fundación que lleva su nombre, además de publicar libros y artículos sobre la situación de Portugal.

Soares fue además primer ministro de Portugal en dos fases (1976-1978 y 1983-85) y presidente portugués en un periodo en el que se produjo la entrada del país en la Unión Europea.

El dirigente socialista nació el 7 de diciembre de 1924 en Lisboa, hijo de una profesora y un antiguo sacerdote y pedagogo que le infundió desde muy joven la curiosidad por la política.

Aunque llegó a estar afiliado al Partido Comunista Portugués (PCP), abandonó esta formación en 1951 y se convirtió en una de las figuras clave de la oposición a la dictadura de António de Oliveira Salazar (1926-1974) durante las últimas décadas del régimen.

El presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, y el primer ministro de Portugal, António Costa, entre otros, han recordado en Twitter a Soares:

Ya casado con Maria Barroso, con quien tuvo dos hijos, su desafío al salazarismo le llevó a pasar tres años en prisión y a ser deportado a Santo Tomé y Príncipe -en aquel momento colonia de Portugal-, aunque finalmente consiguió que le concedieran el exilio y se trasladó a Francia.

En 1973, en la clandestinidad, dejó grabado su nombre en la historia al fundar el Partido Socialista (PS) junto a otros militantes portugueses en la ciudad alemana de Bad Münstereifel y convertirse en el primer secretario general de la formación, cargo que desempeñó hasta 1986.