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Colección de enemigos

El dictador cubano fue cosechando detractores incluso entre sus revolucionarios, como el español Eloy Gutiérrez Menoyo

Fidel Castro, con el revolucionario español Eloy Gutiérrez Menoyo, que se convirtió en opositor al castrismo, y el americano William Morgan, quien terminó fusilado acusado de ser espía de la CIA. // FdV

Batidos envenenados, puros bomba y hasta trajes de baño mortíferos. En noventa años de vida Fidel Castro ha esquivado más de seiscientos complots orquestados por la CIA para segar su vida. Todo fue en vano. El mandatario cubano ha muerto de enfermedad y vejez, dejando detrás hordas de amigos y enemigos a partes casi iguales.

Algunos hicieron el camino de ida y vuelta y pasaron del amor al odio, como el español Eloy Gutiérrez Menoyo, uno de los comandantes de la revolución, fallecido en 2012 en La Habana, adonde regresó desde el exilio en Miami para combatir el régimen desde dentro.

Gutiérrez Menoyo, junto a Che Guevara y William Morgan, uno de los tres comandantes no nacido en Cuba, decidió quedarse en la isla en 2003 tras pasar unas vacaciones. Su decisión sorprendió a su familia, repartida entre Miami y Puerto Rico, donde vive su hija Patricia.

Menoyo se atrevió a plantar cara a su examigo Fidel cuando la revolución que derrocó al dictador Fulgencio Batista se alió con la Unión Soviética. En 1961 huyó a Estados Unidos, donde se convirtió en líder militar del grupo anticastrista radical Alfa 66. Regresó a Cuba en 1964 para liderar un levantamiento armado. Pasó 22 años en prisión. Fue liberado en 1986 con la mediación del expresidente español Felipe González.

Nacido en Madrid el 8 de diciembre de 1934, su padre fue jefe médico del Ejército de la Segunda República. Tras la Guerra Civil, la familia se exilió, en Francia y en Cuba. Carlos, uno de sus hermanos, fue el cerebro del asalto al palacio presidencial el 13 de marzo de 1957. Si Menoyo se hubiese hecho fuerte en La Habana en vez de entregar la ciudad a Castro hubiera tenido que negociar con él un reparto de poder y la historia de la revolución cubana habría sido diferente.

Los años le moderaron. De posturas radicales pasó a fundar en 1992 el movimiento opositor Cambio Cubano, con principios asentados en la socialdemocracia. Las autoridades cubanas le permitieron quedarse en la isla a pesar de sus críticas frecuentes al Gobierno de Castro, pero su estatus migratorio nunca fue resuelto.

El caso Luis Posada Carriles es totalmente diferente. Se le considera autor del atentado que hizo estallar en el aire un avión cubano con 73 personas a bordo. Posada Carriles nació en Cienfuegos, Cuba, el 15 de febrero de 1928. Su abuelo, del mismo nombre, había emigrado desde España a la isla. Los gobiernos cubano y venezolano consideran a Posada Carriles un terrorista. También lo señalan como el organizador de una serie de atentados con bombas contra hoteles de La Habana en 1997, que se saldaron con un fallecido y varios heridos.

Posada Carriles estuvo en la nómina de la CIA como informante a sueldo. Fue detenido en Venezuela tras el atentado aéreo junto con otros anticastristas y presuntos colaboradores suyos. Todos fueron absueltos en un primer juicio, que fue anulado, y mientras se celebraba el segundo Posada Carriles se escapó. Años después se le volvió a encontrar en El Salvador y posteriormente se trasladó a Guatemala y Panamá, donde fue detenido en el año 2000 e indultado cuatro años más tarde.

En 2004 llegó a Estados Unidos, donde pidió asilo político. Un año después encaró un proceso de deportación en Texas que se saldó con la sentencia de que se le enviara a cualquier país que lo acogiera excepto Cuba o Venezuela, que había solicitado su extradición. Ningún país le ha querido acoger y desde entonces vive en Miami. También se le imputó por presuntas violaciones de la ley de inmigración y por su supuesta participación en el caso de las bombas en hoteles cubanos. Fue absuelto.

En la línea dura de Posada Carriles está Aurelio Pérez Lugones, segundo en el Servicio de Inteligencia en el frustrado desembarco de Playa Girón (Bahía de Cochinos) y activo miembro de la Asociación de la Brigada 2506, uno de los lobbies que más han trabajado por el triunfo de Donald Trump y que incluso recibió la visita del presidente electo durante la campaña, en su sede de la Pequeña Habana de Miami.

Pérez Lugones fue uno de los 1.500 brigadistas que el 17 de abril de 1961 quisieron poner fin al régimen castrista y no lograron el respaldo de Kennedy. Ése es el origen del odio feroz del ala dura del exilio al Partido Demócrata, al que los cubano-americanos apenas votan. Y de origen español es también Pedro Corzo, presidente del Instituto para la Memoria Histórica Cubana Contra el Totalitarismo.

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