Colombia dio ayer una segunda oportunidad a la paz con la firma del nuevo acuerdo entre el Gobierno y las FARC, que fue recibido con gritos de "Sí se pudo" y el tañido de las campanas de las iglesias del centro de Bogotá para festejar el fin de un conflicto armado de más de medio siglo. El acto de la firma fue mucho más comedido que el del primer acuerdo, rubricado el pasado 26 de septiembre en Cartagena de Indias con gran boato y la presencia de varios jefes de Estado y del secretario general de la ONU, Ban Ki-moon. Esta vez destacó la presencia de diversos sectores de la sociedad, especialmente de las víctimas, en el acto en el Teatro Colón de la capital.

"Hoy (por ayer) hemos firmado, aquí en este escenario histórico, ante el país y ante el mundo, un nuevo acuerdo de paz con las FARC. El definitivo, el acuerdo del Teatro Colón", declaró el presidente Juan Manuel Santos ante unos 880 invitados que estallaron en aplausos minutos antes, cuando firmó el texto junto con el máximo líder de la guerrilla, Rodrigo Londoño, alias "Timochenko".

En el escenario estaban los equipos negociadores del Gobierno y de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), éstos últimos vestidos con una etiqueta poco habitual en ellos, incluso alguno con corbata. Cuando Santos y "Timochenko" estamparon su firma en el acuerdo, el público y las delegaciones se pusieron en pie y comenzaron a corear "Sí se pudo", en medio de una salva de aplausos.

Las campanas de la catedral de Bogotá, ubicada en las inmediaciones del teatro, también tañeron para unirse a la celebración del nuevo acuerdo de paz, que acto seguido el ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, entregó al presidente del Congreso, el senador Mauricio Lizcano, para que inicie el trámite de su aprobación e implementación. "Espero que la refrendación sea aprobada la próxima semana", aseguró.