Ya me estaba yo haciendo a la idea de que íbamos a tener gestos de prepotencia para rato, con el nuevo Presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump. Pero, para mi sorpresa, me he encontrado con unas imágenes de su primera visita a la Casa Blanca para reunirse con Obama en las que su prepotencia habitual estaba algo desinflada. Podéis ver el vídeo antes de continuar leyendo:

Si os fijáis, ya desde el primer fotograma, vemos a un Trump con una postura contraída, con las manos hacia dentro, protegiendo la zona genital. Esto es típico de los hombres cuando están cohibidos. Si os fijáis en Obama, podéis ver la diferencia en la postura, con la mano apoyada sobre la pierna y doblando el codo, que le permite adoptar una postura expansiva.

Obama tampoco es que esté muy cómodo con la situación. No sé si os habéis dado cuenta de cómo busca en determinados momentos las palabras. Por ejemplo, en el min. 0'39, vemos cómo la velocidad del discurso se ralentiza, a la vez que parpadea en varios momentos con un parpadeo más prolongado de lo normal.

De hecho, al darle paso a Trump (min. 1'34), hace algo que me ha llamado la atención, y es que no le mira a la cara. Le señala con la mano como indicador de que ha llegado su turno para hablar, pero justo en ese momento baja y gira la cabeza, evitando el contacto visual. La cabeza de Obama va en ese momento en la dirección opuesta a la que se encuentra su sucesor. Alejar al máximo nuestra cabeza de la fuente de incomodidad, en este caso Trump, es una reacción inconsciente que delata la molestia, la incomodidad de Obama en ese momento.

Pues bien, algo parecido sucede con Trump en el momento siguiente, en el min. 1'36, cuando recoge el testigo de Obama, que nos hace ver que también Trump se encuentra muy incómodo con la situación. Justo cuando Trump comienza a hablar, se aleja con la cabeza y el tronco por un momento de Obama. Y, a la vez, cambia la posición de las manos. Fijaos cómo pone la manos. ¿Notáis la tensión en sus dedos?

En el min. 1´47, Trump comete una incongruencia: mientras afirma "Tengo un gran respeto", refieriéndose a Obama ("I have a great respect"), niega con la cabeza.

Por último, el apretón de manos final, inciado por Obama, pero sin la sonrisa a la que nos tiene acostumbrados.

Obama ofrece la mano a Trump en supinación, es decir, con la palma hacia arriba, lo cual podría ser un indicador de buena voluntad o predisposición. Pero, al ser él quien inicia el movimiento, Trump permanece atento a la mano de Obama, para acercar la suya correctamente, lo que hace que en la foto se le perciba como menos dominante. Un truco: si queréis marcar dominancia, iniciad vosotros el apretón de manos. De esta forma, vuestro interlocutor deberá bajar la mirada hacia vuestra mano para acertar el movimiento y de esa forma, quedará una percepción sútil de situación de inferioridad de él respecto a vosotros.

La expresión facial también dice mucho. Fiajos en la boca de Trump y Obama. Ambos hacen el mismo movimiento: aprietan con fuerza labios hacia dentro (Trump más que Obama) los. Es un indicador de malestar o incluso ira. En cualquier caso, es un gesto muy negativo.

Por último, fijaos en la mano izquierda de Obama. Los dedos están totalmente tensos. La procesión va por dentro?