Las purgas del presidente turco, Recep Tayyip Erdogan, alcanzaron ayer al tercer partido político del país, la formación izquierdista prokurda Partido Democrático de los Pueblos (HDP). Doce diputados del grupo, entre ellos sus dos líderes, fueron detenidos, entre la alarma de la ONU y la UE, que advirtieron al presidente turco que está yendo "más allá de lo permisible".

Los dos copresidentes del HDP, Selahattin Demirtas y Figen Yüksekdag, y otros seis parlamentarios fueron enviados a prisión preventiva por el tribunal de Diyarbakir, la "capital" de las regiones kurdas del país, mientras que otros tres electos quedaron en libertad controlada.

El HDP, tercer partido del hemiciclo turco, tiene 59 escaños y se caracteriza por su defensa de los derechos de la minoría kurda a la que pertenece gran parte de su electorado. Un comunicado del partido describe las detenciones como "purga" instigada por Erdogan para "cerrar el partido", que se opone a su ambición de reformar la Constitución y atribuirse poderes ejecutivos reservados actualmente al primer ministro y al Gobierno.

El Alto Comisionado de la ONU para los Derechos Humanos advirtió a las autoridades turcas que sus purgas están yendo "más allá de lo permisible". Un portavoz del Alto Comisionado recordó que "es necesario respetar la presunción de inocencia cuando se aparta a alguien de su puesto o cuando se detiene a alguien". La fuente concluyó que habida cuenta de las cifras de las purgas turcas, que afectan ya a unas 120.000 personas "nos tememos que no es el caso".

La "extrema preocupación" se extendió también a la UE, que anunció una reunión urgente en Ankara de los embajadores de todos los Estados miembros para examinar la situación.