El Consejo de Seguridad de la ONU recomendó ayer por aclamación al ex primer ministro portugués António Guterres (1995-2002, socialista), para asumir la Secretaría General de la ONU a partir de enero en sustitución del surcoreano Ban Ki-moon. La Asamblea General deberá reunirse para ratificar la elección.

Guterres, de 67 años, que durante una década, hasta diciembre de 2015, estuvo al frente de la Alta Comisaría de Naciones Unidas para los Refugiados (ACNUR), se había impuesto en las seis votaciones de sondeo efectuadas en el Consejo desde el pasado mes de julio. El anuncio fue hecho, tras una reunión a puerta cerrada, por el embajador ruso ante la ONU, Vitali Churkin, cuyo país preside este mes el Consejo de Seguridad. Moscú intentó en diferentes momentos de las últimas semanas promocionar un candidato propio sin éxito.

El diplomático dijo que la designación de Guterres se hizo después de un "proceso justo" que permitió conocer a la docena de candidatos que aspiraban para el puesto. "Era el mejor candidato disponible", agregó el embajador ruso.

El fracaso de las tentativas rusas hizo que, al final, no saliese un representante de Europa Oriental, lo que hubiera cumplido la norma no escrita sobre rotación regional que ha venido observando la ONU para el puesto. Tampoco salió una mujer, como estaban pidiendo muchos países miembros de la organización. De hecho, la pretensión de Moscú de promocionar, primero, a la búlgara Irina Bokova, directora general de la Unesco, y, después, a la también búlgara Kristalina Georgieva, vicepresidenta de la Comisión Europea, fracasó.

En una comparecencia en Lisboa, Guterres resumió sus sentimientos en dos palabras: "humildad y gratitud". "Humildad ante los grandes desafíos" que afronta el mundo y "humildad para poder servir a los más vulnerables", dijo. "Y gratitud por la confianza" depositada en su proyecto, subrayó, antes de añadir que espera que la "unidad y consenso" suscitadas por su elección representen "una capacidad creciente" del Consejo de Seguridad para tomar decisiones "a tiempo" y responder a los grandes retos del mundo actual.

"Estoy en este momento recomendado, pero no soy secretario general" todavía, precisó, antes de "rendir homenaje" al saliente Ban Ki-moon y de "llamar a todos los Estados miembros" a que lo apoyen hasta el final de su mandato. Por su parte, prometió que intentará servir "a los más vulnerables".