El cierre de la ruta balcánica y el buen tiempo reinante estos días han provocado una auténtica avalancha de inmigrantes desde las costas de Libia a las del sur de Italia. Según informaciones de la Guardia Costera de este país, unas 10.000 personas han sido interceptadas entre el lunes y el martes en la zona del canal de Sicilia, en el curso de unas 70 operaciones de salvamento, en las que se han localizado unos 50 cadáveres.

El lunes el número de personas rescatadas se elevó a casi 6.000 y el martes los medios de los diversos cuerpos que operan en la zona salvaron a 4.655. Los guardacostas distribuyeron ayer imágenes de las operaciones de rescate de las últimas horas desde la nave "Dattilo", que recuperó del mar a más de mil personas que iban a bordo de una barcaza y tres embarcaciones hinchables.

Durante el viaje de esta nave hacia el puerto siciliano de Catania se asistió a tres mujeres que dieron a luz a sendos bebés, todos ellos en buenas condiciones de salud, según precisaron las fuentes de la Guardia Costera.

En la noche del lunes al martes el buque español "Astral", perteneciente a la ONG Proactiva, encontró una barca neumática a escasas millas de la costa de Libia con al menos 22 cadáveres de personas, si bien las autoridades italianas no han precisado si su dato de fallecidos contabiliza también estas víctimas.

Tras las últimas llegadas, el número de inmigrantes y refugiados que han alcanzado Italia en lo que va de 2016 asciende a unas 142.000 personas, con 3.100 personas muertas durante la travesía. En 2015, fueron unos 154.000 inmigrantes los que llegaron por mar a Italia, de los que 2.892 perdieron la vida en el intento.

La mayoría de los llegados proceden de África, de países como Guinea, Nigeria, Eritrea, Gambia, Sudán, Costa de Marfil y Somalia. Los inmigrantes son trasladados a Italia, donde las autoridades de la UE y las autoridades italianas trabajan de forma coordinada para identificarlos y tramitar las correspondientes solicitudes de asilo. La legislación comunitaria señala que los inmigrantes deben quedarse en el país por el que llegan al bloque comunitario para, desde allí, ser posteriormente reubicados si fuera el caso.

En paralelo con esta arribada masiva, el presidente de la Comisión Europea, el luxemburgués Jean-Claude Juncker, defendió ayer ante el Parlamento Europeo el éxito del acuerdo suscrito por la UE con Turquía para contener el paso de refugiados a través de las islas griegas. En un debate en Estrasburgo (Francia), Juncker recordó las últimas cifras del flujo migratorio desde Turquía, según las cuales Grecia ha pasado de ser escenario en 2015 de la llegada diaria de unos 10.000 inmigrantes irregulares, buena parte de ellos refugiados de guerra, a a una media de 85 personas diarias en la actualidad.