El referéndum sobre las cuotas de admisión de refugiados que se celebró ayer en Hungría quedó invalidado por la baja participación, que no superó el 50%, tal como establece la ley electoral. Los resultados no se conocerán hasta el miércoles, pero el vicepresidente del partido gubernamental Fidesz, Gergely Gulyas, reconoció ante la prensa, antes de que la autoridad electoral difundiera el dato de participación, que sólo había votado "alrededor del 45%" del electorado.

Según la Oficina Electoral de Hungría, los sufragios válidos emitidos fueron el 43,23% y, con el escrutinio al 94%, los "noes" alcanzaban el 98,24% y los "síes sólo el 1,76%.

No obstante, el primer ministro, Viktor Orbán, se curó en salud y antes de conocerse la participación, había advertido que sólo atendería a la diferencia en "síes" y "noes", no a la validez de la consulta en función del quorum. "Siempre es mejor un referéndum válido que uno inválido, pero las consecuencias legales se aplicarán", aseguró Orbán.

"Lo haremos si (el referéndum) es válido, pero también si no lo es. Esto depende solo de una cosa: de que haya más 'noes' que 'síes'", aseguró. Un sondeo del Instituto Nézöpont se adelantó a la autoridad electoral y vaticinó que el "no" defendido por el Gobierno recibiría el 95% de los votos y que la participación del electorado ascendería al 42%.

Pese a la baja participación, el vicepresidente del partido Fidesz destacó que se trata de una "victoria abrumadora para los que creen que la base de una Unión Europea son los países fuertes".

El resultado supone un serio revés para el primer ministro Orbán, que había invertido una gran energía en la campaña del referéndum, y para el Gobierno, que desplegó una controvertida campaña en la que vinculaba a los inmigrantes y refugiados con el terrorismo y la delincuencia.

La oposición de izquierdas y numerosas ONG habían llamado a boicotear la consulta o a emitir votos nulos que no legitimasen el referéndum. Así, el ex primer ministro socialdemócrata Ferenc Gyurcsány declaró que "después de una derrota como ésta en un país normal y democrático el primer ministro debería dimitir".

El partido de Orbán sólo pudo contar con el apoyo del ultraderechista Movimiento por una Hungría Mejor (Jobbik), que llamó a sus partidarios a votar por el "no". Con todo, el presidente del Jobbik, Gabor Vona, opinó que si el referéndum no es válido, "Orbán, tal como hizo David Cameron (ex primer ministro británico que dimitió tras el referéndum del "Brexit"), debería dimitir".

Unos 8,3 millones de húngaros fueron convocados para responder "sí" o "no" a la pregunta: "¿Quiere que la UE disponga, sin el consentimiento del Parlamento (de Hungría), sobre el asentamiento obligatorio de ciudadanos no húngaros en Hungría?".