Rusia fue ayer la principal diana del último discurso del presidente de EE UU, Barack Obama, a la Asamblea de la ONU. El líder demócrata acusó a Moscú de usar la fuerza en un intento de recuperar "su gloria perdida", algo que juzgó un error, ya que, dijo, "si Rusia sigue interfiriendo en los asuntos de sus vecinos (...), con el tiempo menguará su estatura y sus fronteras serán menos seguras". Las palabras de Obama llegaron 24 horas después de que Moscú calificara de "inútil" la extinta tregua en Siria. Para Obama, "no habrá una victoria militar" de ningún bando en Siria, por lo que se impondrán el esfuerzo diplomático y la ayuda humanitaria.