Vladímir Putin visita Crimea en plena escalada de tensión con Ucrania

El Estado Islámico reivindica un ataque con hacha a dos policías en Moscú

Agencias

El presidente ruso, Vladímir Putin, afirmó ayer durante una visita sorpresa a Crimea que Rusia no tiene intención de "romper relaciones" con Ucrania, "a pesar de la falta de deseo de las autoridades actuales de Kiev" de mantenerlas. El viaje de Putin se produjo pocos días después de que ambos países aumentaran el número de tropas en el istmo que separa la península del continente, y tras la denuncia del Kremlin de que saboteadores de la inteligencia ucraniana habían tratado de "perpetrar atentados contra infraestructuras vitales" del territorio que Moscú se anexionó en 2014.

Como primera reacción al presunto sabotaje organizado por Kiev, Putin rechazó mantener nuevas reuniones con su homólogo ucraniano, Petró Poroshenko, en el llamado formato de Normandía, en el que ambos líderes dialogan directamente con mediación de Alemania y Francia.

Mientras, el presidente ucraniano alertó de que la probabilidad de que Rusia inicie una guerra en toda regla contra Ucrania "es notable". "La probabilidad de una escalada del conflicto sigue siendo notable. No descartamos una invasión rusa en toda regla. Nuestras Fuerzas Armadas están listas para hacer frente al enemigo en el este y en la frontera administrativa con Crimea", dijo Poroshenko.

Por otro lado, el Estado Islámico asumió la autoría del ataque que dos hombres armados con hachas llevaron a cabo el pasado miércoles contra dos policías en Moscú perpetrado para "vengar a las víctimas" de Irak y Siria.

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