Pocas horas después del terrible atentado que sufrió la ciudad de Niza el pasado jueves por la noche, el dolor seguía instalado en la zona turística francesa. Natural de O Grove, Demetrio Argibay es uno de los gallegos que residen en la famosa Costa Azul y cuenta a FARO cómo fue el día siguiente del horrible ataque del terrorista franco-tunecino que dejó por el momento 84 víctimas mortales y más de un centenar de heridos.

"A nivel emocional el golpe ha sido bastante fuerte ya que todo el país estaba tratando de olvidar lo sucedido en París hace unos meses", comentó el grovense. "Además, en los últimos meses toda Francia estaba más tranquila por toda la seguridad que había desplegado el gobierno, y ahora toca empezar desde abajo otra vez", añadió.

Sobre lo singular de la fecha -el jueves era el día nacional de Francia-, Demetrio Argibay tiene claro "que las casualidades no existen". La zona elegida por el terrorista fue la famosa Promenade des Anglais (literalmente, Paseo de los Ingleses), frecuentada a diario por turistas de todas las edades, "por lo que lo que buscaban era hacer el mayor daño posible", comentó Demetrio.

El gallego, que es el director de un restaurante en la ciudad de Cannes, sabe que esto hará mucho daño a la Costa Azul. "Somos una zona muy turística y seguro que en los próximos meses notamos los efectos de este terrible atentado", señaló. "Por lo de pronto ya se han suspendido todos los conciertos que había programados para las próximas semanas de verano y han prolongado tres meses más el periodo de alerta, por lo que vamos a sufrir todos en Francia", sentenció.

Cuando el sol alumbró la zona turística francesa, la tristeza era palpable en los rostros de los habitantes de Niza y Cannes. "El drama es enorme por aquí, la gente está muy tocada y lo que siempre es alegría y diversión hoy ha sido silencio y tristeza", señaló emocionado el gallego.

Inexplicable atentado

Demetrio Argibay todavía no era capaz de comprender cómo fue posible que un camión tan grande recorriese una zona que estaba tan vigilada sin que nadie pudiese pararlo a tiempo. "No me explico que con toda la seguridad que reinaba en el país, acentuada en una fecha como la del jueves, pudiese pasar el camión libremente".

Sin duda, para el grovense fue el peor día de los 15 años que lleva viviendo en el país vecino "y seguro que no podré olvidarlo en lo que me resta de vida por el dolor que ha causado en la zona".