Obama acudió ayer a Dallas para asistir al funeral de los cinco agentes asesinados a tiros el pasado jueves durante una manifestación en la ciudad texana. Una matanza que, junto con las anteriores muertes de dos jóvenes negros a manos de la Policía, ha agitado las tensiones raciales en EE UU. En un acto multiconfesional Obama afirmó: "Estoy aquí para insistir en que no estamos tan divididos como parece. Estoy aquí para decir que debemos rechazar esa desesperación". A pesar de ello, Obama reconoció también que el baño de sangre "había expuesto los fallos de nuestra democracia". Una democracia que, aseveró, ha realizado grandes avances en cuestiones raciales. Asimismo, aprovechó para recordar la "importancia y el peligro" al que se enfrentan los policías a diario."Una abrumadora mayoría de los agentes merece nuestro respeto, no nuestro desdén", recalcó entre aplausos.