La oposición venezolana se manifestó ayer en Caracas para reclamar la celebración de un referéndum revocatorio del mandato de Nicolás Maduro, pero el despliegue de los agentes antidisturbios de la Policía Nacional Bolivariana impidió que la protesta alcanzase el centro de la capital.

El diario "El Universal" informó de varias detenciones, pero no de heridos, aunque las fuerzas policiales emplearon gas lacrimógeno y cargaron para dispersar a los manifestantes, algunos de los cuales se encararon abiertamente con los agentes portando carteles en los que podía leerse: "No hay comida" o "Morimos de hambre, dictadura total".

La marcha fue autorizada una vez que el martes la Asamblea Nacional (Parlamento), que dominan los opositores, declaró "inconstitucional" el decreto con el que Maduro impuso el estado de excepción el pasado viernes, que en teoría le facultaba para prohibir la manifestación.

Para no tensar más la situación y evitar males mayores, los dirigentes de la Mesa de la Unidad Democrática (MUD) decidieron poner fin a la protesta al comprobar que la Policía había blindado todos los accesos a la plaza Venezuela, desde donde pretendían marchar hacia la sede del Consejo Nacional Electoral (CNE).

No obstante, los opositores lograron entregar sus peticiones a uno de los cinco rectores del órgano de supervisión electoral, Luis Emilio Rondón. En el documento exigen que se acelere el proceso de validación de los 1,8 millones de firmas recogidas para solicitar la celebración del revocatorio y que fueron entregadas el pasado 8 de mayo. La oposición presiona para que la consulta se celebre este año; si no, Maduro habrá cruzado el ecuador de su mandato y, según la Constitución, no puede ser revocado.

Entre tanto, el secretario general de la Organización de Estados Americanos (OEA), Luis Almagro, acusó a Maduro de traicionar a su pueblo. "Negar la consulta al pueblo, negarle la posibilidad de decidir, te transforma en un dictadorzuelo más, como los tantos que ha tenido el continente", denuncia. Horas antes, Maduro le acusó de ser un "agente de la CIA".