La investigación de los atentados yihadistas de Bruselas avanzó ayer con la inculpación de dos hombres, uno de los cuales sería el sospechoso que llevaba sombrero negro en las imágenes del aeropuerto de Zaventem. Con estas detenciones y sumando a los dos terroristas que se inmolaron ya son cuatro las personas implicadas en este ataque en el que murieron 31 personas y hubo 340 heridos. Al mismo, tiempo los forenses ya han identificado 24 cuerpos. Una de las fallecidas es de nacionalidad española, además de tener las nacionalidades italiana y alemana. Se trata de Jennifer García Scintu, que se encontraba en el aeropuerto junto a su marido Lars Waetzmann para viajar en luna de miel a Nueva York. El hombre sobrevivió pero está en coma.

La Fiscalía federal de Bélgica informó ayer de que dos hombres apresados el jueves han sido puestos en la situación de detenidos por su supuesta vinculación con los atentados del 22 de marzo: Fayçal Cheffou y Aboubakar A. El juez de instrucción inculpa a Cheffou por participar en actividades de un grupo terrorista, asesinatos terroristas y tentativa de asesinatos terroristas. Él sería el tercero de los atacantes del aeropuerto internacional de Bruselas y habría sido identificado en una rueda de reconocimiento visual por el taxista que llevó hasta el aeropuerto al comando terrorista. La Fiscalía está a la espera de las pruebas de ADN que se realizarán a partir de elementos encontrados en el taxi y en la maleta con explosivos que no estalló. En el registro llevado a cabo en su domicilio no se encontraron armas ni explosivos.

El segundo hombre puesto bajo arresto es Aboubakar A., inculpado por participar en actividades de un grupo terrorista. Es uno de los dos individuos capturados el jueves cuando su vehículo salía de la autopista de circunvalación de Bruselas en dirección a Jette, al norte de la capital.

Además, las investigaciones demuestran que hay vínculos claros entre los atentados del 13 de noviembre de 2015 en París y los del pasado martes en Bruselas, como revela la participación en éstos de Najim Laachraoui, uno de los kamikazes del aeropuerto de Zaventem, que fue además el presunto artificiero de los comandos en la capital francesa. Lo que está por dilucidar es que haya también conexión entre la célula de Bruselas y los atentados desmantelados en la localidad de Argenteuil (periferia de París) hace dos días, aunque los investigadores lo sospechan. Así, el hombre arrestado el viernes en Bruselas tras resultar tiroteado en una pierna está ligado con ese sumario francés.

En cuanto a los heridos, 101 personas permanecen aún hospitalizadas. De ellos, 62 están en cuidados intensivos, mientras 32 sufren quemaduras graves. Las autoridades no han facilitado públicamente los nombres de las víctimas, aunque los familiares han sido informados.

El aeropuerto de Bruselas, dañado por las dos explosiones en el atentado suicida en la terminal de salidas, no reanudará los vuelos de pasajeros hasta al menos el martes. La investigación judicial ya ha finalizado y ahora un pequeño grupo de ingenieros y técnicos entrará en la terminal para evaluar los daños, como la estructura y estabilidad del edificio y el funcionamiento de los sistemas tecnológicos y de información.

Entretanto, continúa la polémica sobre la posible negligencia belga a la hora de prevenir y frenar los ataques. Los ministros de Justicia y Exteriores reconocieron el viernes que cometieron fallos en la lucha antiterrorista y que no trataron con suficiente diligencia la información que habían recibido sobre uno de los suicidas del aeropuerto, dentro de una investigación que cada vez deja más claros los vínculos entre los ataques de Bruselas y los atentados de París.

Los ministros comparecieron ante el Parlamento nacional para dar explicaciones después de que Turquía revelase que había avisado de la deportación a Holanda de Ibrahim El Bakraoui, uno de los suicidas, sin que el país tomase medidas para frenarle, pese a tener un perfil claro de potencial terrorista.

El titular belga de Interior, Jan Jambon, admitió que hubo negligencia en la gestión del caso de El Bakraoui, y consideró "inaceptable" que no se hiciese "nada esencial" entre su detención en Turquía y su deportación a Holanda.

"Tras una reunión con la Policía federal, solo he podido concluir que alguien ha sido negligente", dijo Jambon, quien aseguró que la trayectoria de El Bakraoui permitía sospechar que podía tratarse de un potencial terrorista. Anunció la apertura de un expediente disciplinario al funcionario de enlace de la Policía belga en Turquía por este caso. Ibrahim El Bakraoui figuraba junto a su hermano Khalid, que se suicidó en el atentado contra el metro en la estación de Maelbeek, en una lista de vigilancia antiterrorista de Estados Unidos.

Bélgica ha abierto otra investigación para determinar si es cierto que la policía de Malinas, en la provincia flamenca de Amberes, obtuvo en diciembre información que no compartió con la Policía federal sobre el escondite del presunto cerebro del aparato logístico de los atentados del 13-N en París, Salah Abdeslam, detenido hace una semana.