Mason Wells, el joven estadounidense que resultó herido en los ataques terroristas de este martes en Bruselas y que también vivió de cerca el horror en los atentados de la maratón de Boston de 2013 y los de París en 2015, ha grabado un vídeo en el hospital en el que está ingresado: “Tengo suerte”, dice Wells. “La explosión fue tremenda. Enseguida me dí cuenta de que tenía el cuerpo cubierto de sangre. Fui siempre consciente de lo que pasaba”.

El joven se rompió el tendón de Aquiles, tiene una herida en la cabeza, restos de balas y recibió quemaduras de tercer grado en su cara y piernas tras la explosión en el aeropuerto de la capital belga.

La casualidad también quiso que Wells se encontrase cerca de París durante los ataques de noviembre y que sintiese temblar el suelo en Boston, donde estaba a una manzana del lugar donde estalló la bomba que ennegreció la maratón de abril de 2013.

A Mason solo le quedaban cuatro meses para terminar su etapa de dos años como misionero mormón, que realizan muchos adolescentes de Utah tras acabar los estudios secundarios, tras lo cual pretendía alistarse en el Ejército.

El joven viajaba con otros dos misioneros de Utah, Richard Norby y Joseph Empey, que también resultaron heridos durante los atentados perpetrados este martes en la capital europea, en los que murieron 31 personas y hubo más de 200 heridos.