La canciller alemana, Angela Merkel, y su partido, la democristiana CDU, han pagado un precio en votos por la política de puertas abiertas -ahora matizada hacia el cierre de los batientes- del Gobierno de Berlín en las primeras elecciones regionales disputadas en el país tras el inicio de la crisis de los refugiados.

Las primeras proyecciones de voto tras el cierre de los colegios en los tres Estados federados que ayer fueron a las urnas confirmaron el auge de los populistas xenófobos de derecha conservadora Alternativa para Alemania (AfD) y el castigo tanto a la CDU como a los socialdemócratas (SPD). La AfD entra en las tres cámaras y ya está presente en un total de ocho.

Apoyada en su discurso xenófobo contra la acogida de refugiados, la AfD logró el 24% de los votos en Sajonia-Anhalt, en el territorio de la antigua RDA; el 14,9% en Baden-Wurtemberg; y el 12,4% en Renania-Palatinado.

Los populistas se sitúan en Sajonia-Anhalt como segunda fuerza regional tras la CDU, ante la pérdida de peso de La Izquierda y, sobre todo, del SPD, que queda relegado a cuarto partido político en ese "land", con menos de la mitad de votos que la ultra AfD.

El SPD también cae duro en Baden-Wurtemberg, donde formaba parte del Gobierno como socio minoritario de Los Verdes, que suben al 30,5 % del voto. El SPD pierde más de 10 puntos, hasta el 12,8%, y también aquí es superado por la AfD. La CDU se deja 12 puntos, hasta el 27% en un "land" tradicionalmente conservador. En Renania-Palatinado el SPD mantiene el liderazgo (36,8% de los sufragios), seguido de la CDU (32%) y la AfD (12,4%).