Corea del Norte respondió ayer con el lanzamiento de seis misiles de corto alcance -cien a ciento cincuenta kilómetros- a la nueva y más dura resolución de castigo aprobada el miércoles por el Consejo de Seguridad de la ONU. Los misiles cayeron al mar del Japón.

La resolución, que es la respuesta de la comunidad internacional a los últimos ensayos nucleares y balísticos norcoreanos, incluye sanciones que amenazan con ahogar la economía del país y agravar su crisis humanitaria.

Según Washington, el paquete de sanciones es el más severo adoptado por Naciones Unidas en veinte años e incluye acciones "sin precedentes" para asegurar su cumplimiento. Entre otras medidas, la resolución 2.270 impone por primera vez restricciones a las exportaciones norcoreanas de productos como carbón, hierro, oro, titanio y tierras raras (lantánidos), que se verán muy limitadas y, en algunos casos, prohibidas.

Según EE UU, Pyongyang obtiene buena parte de los recursos que destina a misiles y armas nucleares de la venta de esas materias primas, generando por ejemplo unos 1.000 millones de dólares al año con la exportación de carbón.

La resolución prohíbe también la venta de combustible para aviones y cohetes, veta la transferencia de equipos utilizables con fines militares e impone un embargo total a las armas ligeras. Además amplía los productos de lujo cuya venta se prohíbe a Corea del Norte y establece nuevas sanciones financieras contra bancos y activos norcoreanos, al tiempo que añade nuevos nombres a la lista de personas y entidades sujetas a restricciones.

China pidió ayer la reanudación de las conversaciones a seis bandas (las dos Coreas, EE UU, Japón, Rusia y el propio régimen de Pekín), paralizadas desde 2008, e instó a todas las partes a actuar con "responsabilidad" tras el lanzamiento de los misiles.

Pekín, único aliado de Corea del Norte, eludió explicar si condena el lanzamiento de misiles y se limitó, además de la citada llamada a la responsabilidad, a calificar la situación de "compleja y delicada". Por su parte, Japón alabó las sanciones.