Más de 40 personas murieron en un bombardeo de la fuerza aérea estadounidenses lanzado ayer contra posiciones de la rama libia del grupo yihadista Estado Islámico (EI) en la ciudad de Sabratah, al oeste de Trípoli. El Gobierno norteamericano advirtió que seguirá combatiendo al EI en todo el mundo y justificó el ataque en que los milicianos bombardeados en Libia representaban una "amenaza directa" para la seguridad nacional.

En concreto, los cazas atacaron un centro de entrenamiento para islamistas que estaría vinculado al dirigente Nuredine Chouchane, responsable de dos graves atentados perpetrados en Túnez. Este es el segundo bombardeo de EE UU sobre Libia desde que el pasado verano los gobiernos rivales de Trípoli y Tobruk iniciaran un diálogo bajo la tutela de la ONU para tratar de poner fin a la división y llenar el vacío de poder que amenaza el país.

El 16 junio de 2015, aviones de combate norteamericanos atacaron un edificio en a ciudad oriental de Derna, vecina a la frontera con Egipto, en un intento por acabar con el argelino Mujtar bel Mujtar, líder de la Organización de Al Qaeda en el Magreb Islámico (AQMI) y uno de los yihadistas más buscados del mundo.