El Consejo de Seguridad de la ONU pidió ayer a Turquía que ponga fin a sus bombardeos contra la milicia kurda Unidades de Protección Popular (YPG) en Siria. Turquía está atacando intensamente desde hace días a los milicianos kurdos, con el objetivo de impedir que refuercen sus posiciones en las dos franjas que controlan en el norte del país, que a su vez funcionan como santuario de los guerrilleros kurdos turcos. El inconveniente que a ojos occidentales tienen estos ataques turcos es que las milicias kurdas son una de las puntas de lanza de la lucha en tierra contra el Estado Islámico. Turquía respondió ayer a Naciones Unidas que no piensa detener sus ataques y explicó que son respuesta a los disparos desde el otro lado de la frontera. Entre tanto, varios cargamentos con ayuda partieron hacia 5 localidades asediadas en el centro y el norte de Siria, en una acción que la ONU consideró "una prueba" para la voluntad del Gobierno de Damasco de permitir el acceso de la ayuda humanitaria a la población siria.