Los principales líderes comunitarios dedicaron buena parte de la jornada de ayer a asuntos relacionados con el Consejo Europeo de hoy y mañana, en el que la cuestión estrella es la negociación de las exigencias británicas para permanecer en la UE. La discusión se basará en el documento presentado semanas atrás por el presidente del Consejo, Donald Tusk, con las respuestas comunitarias a las cuatro grandes peticiones británicas (competitividad, subsidiariedad, recortes sociales y admisión de la existencia de más de una divisa).

La canciller alemana, Angela Merkel, consideró ayer que buena parte de las demandas británicas están justificadas y, además, son buenas para el Reino Unido, pero también necesarias para la UE. Merkel aludía a las medidas de simplificación legislativa para aumentar la competitividad y a la exigencia británica de que se aplique en serio el principio de subsidiariedad, esto es, que las instituciones comunitarias no intervengan allí donde resultan más eficaces las nacionales. El problema es que el gran escollo radica en otras exigencias, las de carácter social. El Reino Unido pretende que los inmigrantes comunitarios tengan que residir y tributar cuatro años en el país antes de tener acceso a ayudas sociales. La Comisión y la Presidencia de la UE le conceden el llamado freno de emergencia, válido para cualquier país socio y que ha de ser puesto en marcha por Bruselas.

En España, Podemos instó a Rajoy a no aceptar el "chantaje" de Cameron con una propuesta que considera el "acta de defunción" del proyecto político comunitario, y apeló sin éxito al PSOE a sumarse a su petición.