Corea del Norte consumó ayer un nuevo desafío a la comunidad internacional al lanzar por segunda vez un cohete al espacio, lo que se considera un ensayo de misiles encubierto. El cohete de largo alcance voló durante nueve minutos y medio hasta liberar y poner en órbita un satélite. Pero el lanzamiento tuvo una consecuencia más: la apertura inmediata de negociaciones entre Corea del Sur y Estados Unidos para instalar un escudo antimisiles en la región, un proyecto que hasta ayer estaba estancado.

El Gobierno chino reconoció estar "profundamente preocupado" por la decisión de Washington y Seúl de comenzar las negociaciones para la instalación del escudo antimisiles THAAD.

"A la hora de proteger su propia seguridad, un país no debería perjudicar a los intereses de seguridad de otros", dijo hoy una portavoz de Exteriores china, Hua Chunying.

Pero la reacción china al lanzamiento del cohete de su aliado fue mucho más tibia. El régimen comunista de Pekín "lamentó" que el régimen norcoreano -la única dinastía comunista del mundo- efectuara el ensayo y recordó resoluciones del Consejo de Seguridad de la ONU prohibiendo hacerlo.

El líder chino, Xi Jinping, reafirmó en una conversación telefónica con su homólogo de EE UU, Barack Obama, su compromiso con la desnuclearización de Corea del Norte. Y mantuvo otra con su homóloga surcoreana, Park Geun-hye, quien instó al Consejo de Seguridad de la ONU, que se reunió de urgencia, a aplicar "duras sanciones" al país vecino.

"Corea del Norte ha perpetrado una provocación inaceptable", afirmó Park. Y el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, de nacionalidad surcoreana, tildó la acción de "profundamente lamentable".

De "miope" fue calificada la política norcoreana por Rusia. Y el Reino Unido mostró su disposición a trabajar con sus aliados y socios para asegurarse de que hay una respuesta contundente si Corea del Norte sigue violando estas resoluciones.

"Una reacción rápida y severa" del Consejo de Seguridad de la ONU fue solicitada por el presidente francés, François Hollande.

Expertos en Corea del Sur estiman que el proyectil lanzado por Corea del Norte podría tener un alcance de más de 10.000 kilómetros, una distancia mayor de la que separa la península de Corea de territorio continental de Estados Unidos.