La carrera por la Casa Blanca se inició la pasada madrugada con los caucus del estado de Iowa, las asambleas vecinales en las que entre 200.000 y 300.000 estadounidenses expresaron, mediante la elección de delegados, quiénes quieren que sean sus candidatos en los comicios presidenciales del 8 de noviembre. Comienza así un largo proceso de elecciones primarias que se prolongará hasta junio y desembocará en julio en las convenciones de delegados en las que republicanos y demócratas entronizarán a los candidatos.

En total son quince los líderes políticos que aspiran a luchar por la Casa Blanca en noviembre: tres demócratas y doce republicanos, y hasta ahora las encuestas han sido claras a escala federal. En el bando republicano reina el magnate Donald Trump (35,8%, según el promedio de sondeos que elabora RCP) y sólo le hacen algo de sombra, aunque muy lejos, dos hispanos: el senador por Texas Ted Cruz (19,6%) y el de Florida Marco Rubio (10,2%). Trump está logrando seducir a amplias capas de población con un discurso en el que se presenta como un "outsider" sin nada que ver con la clase política y en el que prodiga los ataques a colectivos que considera un peligro para EE UU, empezando por inmigrantes y musulmanes.

Entre los demócratas las cosas parecían más sencillas hasta hace semanas, pero las últimas entregas demoscópicas indican que el reinado de la exprimera dama, exsenadora y exsecretaria de Estado Hillary Clinton puede estar en peligro. Las encuestas nacionales dan a Clinton un promedio de respaldo del 51,6%, frente al 37,2% del socialdemócrata Bernie Sanders. El tercer candidato, Martin O'Malley, apenas cuenta (2,2%).

Claro que una cosa son las encuestas federales y otra bien distinta el electorado de la poco poblada Iowa, de amplia mayoría blanca, donde tanto Trump como Clinton llegaron a la cita de ayer con sus rivales pisándoles los talones. La demócrata, según el promedio de RCP, sólo adelantaba a Sanders por 47,9% a 43,9%, mientras que Trump distanciaba a Cruz por 28,6% a 23,9%. Una encuesta daba incluso ganador a Sanders.

En realidad, Iowa importa más como símbolo anticipador de tendencias que por su peso específico, ya que los demócratas sólo eligen a 44 de los 4.764 delegados que irán a su convención y los republicanos a 30 de sus 2.472. Pero suele decirse que Iowa confirma favoritos, descarta candidatos y lanza revelaciones.