El Parlamento de Dinamarca aprobó ayer medidas para disuadir la masiva llegada de refugiados, 20.000 el año pasado. Un día después de que los ministros de Interior de la UE reclamaran a la Comisión Europea la suspensión, durante dos años, de la libre circulación de personas que rige en el espacio Schengen, la Cámara danesa dio luz verde a la confiscaciones de dinero y objetos de valor a los solicitantes de asilo para costear su estancia y decidió alargar, de uno a tres años, el plazo para conceder la reagrupación familiar.

Pese a las protestas de las organizaciones de Derechos Humanos, el Parlamento danés dio otra señal de que la tradicional hospitalidad nórdica a los peticionarios de asilo se está desvaneciendo ante la llegada de un millón de personas al Viejo Continente el año pasado.

La denominada "ley de la joyería" es el último intento del Gobierno de centro-derecha del país -que gobierna en minoría- de contener el creciente flujo de llegadas.

Según la ley aprobada ayer, los refugiados podrán mantener en su poder bienes por valor de 10.000 coronas (unos 1.340 euros), frente a las 3.000 coronas que el proyecto de ley les dejaba quedarse en un principio; un monto que solo creció después de las duras críticas hechas por las organizaciones de defensa de los Derechos Humanos. Sin embargo, bienes con un especial valor sentimental, caso de los anillos de boda, estarán exentos.

El Gobierno del Partido Liberal cuenta con solo 34 de los 179 escaños del Parlamento y depende del apoyo de otros partidos conservadores y del xenófobo Partido Popular Danés (DF) para aprobar las leyes.

Durante el debate, que se prolongó tres horas y media, pudieron oírse voces discordantes en la bancada izquierdista, incluidas las de varios miembros de la Alianza Roji-Verde.

Pero la ley fue aprobada por una aplastante mayoría (81 de los 109 diputados presentes en la Cámara), engrosada por el principal partido de la oposición, el Socialdemócrata (centro-izquierda), lo que evidencia el giro a la derecha de la política danesa gracias a la popularidad del ultra DF.

Dinamarca no es el único país que ha puesto los bienes de los inmigrantes en el punto de mira. Suiza ha comenzado a incautarse de los bienes de los solicitantes de asilo por encima de los 1.000 francos suizos (unos 905 euros).